Llamadas telefónicas, envíos de mensjaes de textos y de voz, recibe la ciudadanía a sus celulares, correos electrónicos, de parte de promotores de artículos, servicios, y quienes tienen sus datos personales e insisten en venderles sus productos.


Ninguna empresa ni persona debe comprar ni vender bases de datos de ciudadanos; el uso no autorizado por su dueño de su información personal debe ser penado por la ley. (O)


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Magdalena Benítez

El acceso no autorizado a nuestros datos personales (nombre, números telefónicos, dirección de correos electrónicos, de domicilio y lugar de trabajo, etc.) por parte de ciertas empresas turísticas, de telefonía, banca, etc., que insisten con llamadas, mensajes de voz y escritos vendernos sus servicios, estresan; terminamos por coger fastidio a dichas marcas y servicios.

Llaman de los call centers hasta en las noches, los domingos a la hora del almuerzo, hora del reposo, cuando estamos descansando en la playa, el baño; y los días laborables interrumpen el trabajo y la concentración, la conferencia, la reunión, etc. En momentos críticos que tenemos a un familiar en la clínica; estamos enfermos; en un sepelio; vendedores tienen descaro, ignorancia, que dicen lo llamo después o en la noche.

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Esos asambleístas que no hacen nada deben parar esto o si no el presidente del país. (O)


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Carlos Cornejo Baquero

Ese tipo de publicidad es invasiva e impertinente, es una agresión al derecho a la privacidad de la persona, previsto en la Constitución de la República vigente y en la ley. (O)


Roberto Andrade

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Son llamadas y mensajes no solicitados, no deben realizarse sin consentimiento de los clientes. Son muy molestosos. (O)


Keytel Domínguez

El presidente Lasso, por lo menos, a este acoso publicitario tiene que combatirlo dado que la ciudadanía consideramos que es un delito que interfieran en nuestra privacidad, a nuestro WhatsApp, que los borramos y vuelven a enviarlos empresas que hacen publicidad de sus paquetes dizque baratos con miles de ‘ventajas y premios’ de telefonía; de turismo que te van a dar un ‘regalo’, invitación a una reunión y darán un viaje gratis a Galápagos para ofertar cosas que no interesan; tarjetas de crédito te ofrece el vendedor, engaña: “Como usted tiene un excelente récord bancario le ofrecemos la tarjeta de oro y brillante sin costo, ya la enviamos”, etc.

Delinquen los que compran bases de datos personales de ciudadanos sin la autorización de ellos y delinquen los que las venden. Debe ser penado.

¡Basta, señor Lasso, prohíba, sancione, no sé qué más! Yo cierro el teléfono y bloqueo. (O)

Gerardo Campoverde

Es importante conocer el avance de la tecnología y otros tipos de información, sin embargo, hay otros medios y no necesariamente la llamada telefónica, que interrumpe muchas actividades e inclusive pone en riesgo a las personas cuando están conduciendo un vehículo. Debe existir un control muy exhaustivo para las empresas que realizan publicidad utilizando datos del público, solicitándoles presentar los permisos correspondientes en función de la normativa legal vigente. (O)


José Ortoneda Sánchez

Debería existir algún mecanismo que sirva para evitar estas situaciones que desembocan casi siempre en engaños, estafas, etc.; o existir alguna institución donde se pueda denunciar y preste la ayuda necesaria en estos casos.

Hay un servicio pésimo de casi todas las instituciones como las señaladas en la pregunta de este foro de lectores, específicamente las de telefonía celular que ofrecen servicios que no los dan a cabalidad, desaparecen los saldos, cobran indebidamente valores y jamás los devuelven; y otros que ofrecen internet, televisión pagada, etc., y cuando una persona desea suspender o terminar con estos servicios, ponen miles de trabas y demoran para atender al cliente en sus requerimientos. En cuanto a la banca, a empresas turísticas, la CNT (Corporación Nacional de Telecomunicación) tienen listados que les permiten saber todos los detalles de cualquier persona (acceso a datos personales), es un verdadero riesgo cuando caen en manos de inescrupulosos. Podrían llegar a tipificase como un delito todas estas acciones dudosas y, más aún, identificar a quienes cometen estos delitos que atentan contra la paz ciudadana y sus economías personales. (O)