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Fue internacional absoluto con la RDA en 102 ocasiones y marcó un total de 55 tantos, lo que le convierte en el tercer máximo artillero.
Considerado, conjuntamente con Seeler y Beckenbauer, dentro de los tres mejores futbolistas alemanes de todos los tiempos, el Torpedo llegó al final de su vida.
El Bombardero de la Nación no malgastaba un segundo en hacer un amague o una finta, era simple, práctico y letal. Asolaba defensas.
Una de las curiosidades que vale la pena rescatar es que pese a su increíble talento -marcó 725 goles- eran muchos los compañeros que se burlaban de su físico.
'Fue el mejor delantero de todos los tiempos', resumió el primer ministro de Baviera, Markus Söder, sobre el desaparecido bombardero germano.