Todos deseaban disfrutar de aquel viejo motel y esa noche lo gozaron por partida doble.

Ocurrió el pasado sábado en la Cali Salsoteca, durante el concierto de medianoche en el que la atracción principal era el puertorriqueño David Pabón.

La rumba en vivo se inició a las 00:15. Después que el DJ dejó de programar salsa brava y subió al escenario el grupo revelación Antecedentes, integrado por Mr. Waffer, Danny J y Willy DJ el Loco, que interpretaron temas propios como Que levante la bandera, Tanto tiempo y Pobre diablo: “Un pobre diablo dicen que soy, / para tu familia soy lo peor, / un pobre diablo que te dio amor”.

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“Todos hemos ido a un motel; hoy hemos venido a recordarlo, a bailarlo con David Pabón”, confesó Gioconda de Castro junto a su esposo, John.

Es que cuando el boricua grabó Aquel viejo motel –tema de Palmer Hernández– nunca imaginó que esa canción de la salsa romántica se convertiría en una especie de himno de los amantes.

Casi a la 01:00 se apoderó de la noche Gustavo Enrique y su orquesta, que por su excelencia musical acompaña a casi todos los salseros extranjeros que actúan en Guayaquil. Sonando fuerte pusieron a bailar a la gente con Cali pachanguero, La murga de Panamá, Princesa –canción que Gustavo Enrique escribió a su esposa– y con la emblemática El cantante tomó la posta Adolfo Olivares, conocido como el Ciclón de la Salsa, por su excelente voz, interpretación y dominio escénico, como lo demostró cantando la mítica Aguanilé –especie de canto yoruba en honor al orisha Eleggua, convertido en salsa.

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A las 02:00, cuando la orquesta de Gustavo Enrique hizo sonar los primeros compases de Aquel viejo motel, el tema más esperado de la noche, entró a escena David Pabón –vestido todo de negro, gafas incluidas–, cantando: “Esta calle trae recuerdos hoy de ti, / que no logro abandonar, por más que quiera. / Trae recuerdos tan lejanos hoy de ti, / en cada esquina creo ver tu rostro señalarme. / No hago caso y aunque trato de olvidarte, / mi cabeza más se empeña en recordarte...”.

Las parejas amorosamente invadieron la pista y bailaron acopladas a la música, a sus recuerdos. A Pabón, el salsero romántico, le llovían los aplausos, todavía más cuando a manera de saludo dijo “De Puerto Rico a Ecuador y a la ciudad más sabrosa: Guayaquil”.

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A lo largo del concierto él interpretó sus éxitos de siempre: Si me ven llorar por ti, Cara dura, Nos amamos como nos amamos –salsa con un toque rockero a cargo del guitarrista Tito Hansel–, con los que recibió muestras de cariño del público, como rosas y copas con trago.

A las 02:50, después de Como lo haces conmigo, el salsero se despidió y abandonó el escenario. Pero el público quería más y, marcando la clave con las palmas, el puertorriqueño retornó y retomó lo que todos deseaban volver a escuchar y bailar bien pegaditos: “Aquel viejo motel trae el recuerdo del día que te hice mujer; / tú te negabas, yo insistiendo, pero después fuimos cayendo al dulce abismo que pretendes esconder. / Aquel viejo motel, de pobres luces, de todos el peor, / como palacio lo creía nuestro amor. / Se asoman lágrimas que brillan al caer...”. A las 03:00 Pabón abandonó el escenario y todos para su casa o a un viejo motel.