Francia y Suiza cerraron este viernes con un empate (1-1) el primer día de la final de la Copa Davis, que mostró a un gran Stanislas Wawrinka y a un taciturno Roger Federer arrasado por Gael Monfils.

Wawrinka puso en ventaja de 1-0 a Suiza al derrotar al francés Jo-Wilfried Tsonga por 6-1, 3-6, 6-3 y 6-2. Poco después, Monfils se deshacía de Federer con un impactante 6-1, 6-4 y 6-3 para devolverle la esperanza al público en Lille, en el norte del país.

Federer entró al estadio bajo los acordes de 'Welcome to the jungle', aunque lo que parecía una amenaza se vio enseguida que no era tal: todos los aficionados franceses aplaudieron de pie al suizo, un hombre que no sabe lo que es jugar con público en contra.

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Ceño fruncido y movimientos controlados, a Federer se lo veía tenso, y pronto se comprobaría que tenía razones suficientes para estarlo. La lesión de espalda que sufrió el sábado en Londres dolía en la mente del suizo, daba esperanzas a los espectadores y, por supuesto, condicionaba la actitud de Monfils ante el encuentro.

A diferencia de Tsonga, el número dos francés entró encendido y con decisión al partido. Mala noticia para Federer, que pronto se encontró corriendo de un lado al otro e intentando controlar el tenis ofensivo del número 19 del ranking mundial.

No pudo. Monfils quebró el servicio del segundo mejor jugador del planeta y se adelantó 3-1. El francés, que hasta hoy había perdido ocho de las diez veces que se había medido al suizo -y todas las que jugaron sobre arcilla- se movía en trance, sobreexcitado y con un tenis que se resumía en salir a matar o morir.

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El brazo de Federer se demostró tan prodigioso como siempre, pero en el tenis se necesitan también piernas y explosión física, precisamente lo que no podía ofrecer el suizo, que en los últimos seis días había sumado apenas 90 minutos de tenis en la cancha.

Así, entre silbidos del público a Federer por discutirle al juez de silla una decisión y el tenis supersónico de Monfils, el primer set se fue por 6-1 al bolsillo del francés.

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El 'Get Lucky' de Daft Punk matizó el cambio de lado, casi un irónico mensaje para Federer, que necesitaba urgente un golpe de suerte que modificara el rumbo del partido.

Ese cambio de rumbo nunca llegó. Monfils seguiría sumando más aciertos que errores ante un Federer limitado y sin respuestas.

Celebró con golpes en el pecho su triunfo y que el viernes terminaba 1-1. Como tantas otras veces en la historia de la Copa Davis, el dobles se volvía clave.

Todo un alivio para Francia, que comenzó el día con un duro golpe, la derrota de su mejor jugador.

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Mañana se disputará el juego de dobles, desde las 09:30 de Ecuador.