Barcelona encontró, o más bien reencontró su nivel. A principios de año, decíamos que no entendíamos el porqué había cambiado tanto el rendimiento mostrado en el 2016 a uno distinto, con prácticamente los mismos elementos. Ahora reencontró una estructura y una identidad que es muy simple: mucho juego exterior, de mucha velocidad e interiormente con llegadas. Con delanteros, como Jonatan Álvez y Ariel Nahuelpán, muy incisivos, de aguantar bien la pelota de espaldas. Uno picando más, Álvez; el otro, Nahuelpán, sosteniendo el balón para que lleguen los exteriores.