Los Nacionales de Washington conquistaron por primera vez en su historia la Serie Mundial del béisbol de las Grandes Ligas al ganar el séptimo juego con marcador de 6.2 sobre los Astros de Houston. Atrás quedaron años de derrotas y frustraciones cuando intentaban, pero no llegaban. Esta vez, contra todo pronóstico, son los legítimos ganadores. Cada serie tiene un sello o característica que la distingue de otras. Este año bien se puede decir que el Clásico de Octubre tuvo el dato curioso de ser la primera vez en que todos los siete partidos fueron ganados por los equipos visitantes.

Jugar en casa, con el respaldo y aplauso de los fanáticos locales, es una ventaja que aparentemente ahora quedó sin mucho valor. Las razones para vencer o perder en un juego no están en el apoyo desde las gradas de un estadio. Todo depende del rendimiento y producción de los beisbolistas. Esta Serie Mundial se fue escribiendo juego a juego. Por lo alternado de las victorias hubo que jugar la cantidad máxima de compromisos. En contiendas pasadas hubo equipos que barrieron en cuatro partidos consecutivos y casos con el de esta temporada, en que necesitó el séptimo encuentro.

Fue espectacular el trabajo de los lanzadores abridores de los Nacionales, con el complemento de una segura defensa y la sólida ofensiva. Fue la combinación perfecta del trabajo formidable de los serpentineros Stephen Strasburg, Patrick Corbin y Aníbal Sánchez.

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Los juegos que ganaron se fundamentaron en la muy poca cantidad de carreras recibidas. En los partidos que cada equipo perdió se anotaron muy pocas carreras. La mayoría de los encuentros se empataron transitoriamente, luego alguna novena tomó ventaja y otra terminó triunfando con ese factor muy de moda, como es el jonrón.

Los Nacionales clasificaron en la novena casilla entre los diez finalistas. Llegaron como comodín y cuando estaban perdiendo 3-1 frente a los Cerveceros de Milwaukee, en el choque entre los que se quedaron con el wild card, se definió en el octavo episodio con un batazo sin mucha historia de Juan Soto con las bases llenas que no pudo controlar Trent Grisham. Los Nacionales terminaron ganando 4-3. Pasaron a la serie divisional y eliminaron a los superfavoritos Dodgers de Los Ángeles con un par de cuadrangulares. En la serie de campeonato barrieron a los Cardenales de San Luis 4-0 y sorprendentemente llegaron a la Serie Mundial.

Los Astros tenían el cartel de favoritos al llegar a la postemporada con 107 victorias. Debieron eliminar a los Rays de Tampa Bay, así como los linajudos y poderosos Yankees de Nueva York. Solo un envío equivocado del cerrador Aroldis Chapman, ante José Altuve, los mandó a los Mulos a ver la serie por televisión.

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El formato disponía empezar en casa del equipo con mejor récord, que fueron los Astros, lo que generó el favoritismo de los analistas. El primer duelo al mejor de siete terminó con pizarra de 5-4 a favor de los capitalinos, en Houston, cuando en el quinto episodio Juan Soto pegó jonrón por el jardín izquierdo para apoyar el trabajo de Max Scherzer, quien laboró cinco turnos.

El segundo juego. también en casa de los Astros, tuvo desenlace inesperado con una pizarra de 12-3 con una enorme producción ofensiva de catorce imparables, entre ellos tres bambinazos, para que el club de Washington tomara ventaja de 2-0 a la hora de trasladarse la disputa a la capital de Estados Unidos, donde los Nacionales tendrían el abrigo de su gente y su público.

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El tercer juego fue para los Astros por 4-1, con labor del abridor Zack Greinke que solo permitió una carrera y ponchó a seis. El cuarto fue favorable para los Astros 8-1 al aprovecharse del séptimo capítulo al producir cuatro carreras con cuadrangulares de Robinson Chirinos y Alex Bregman. El pitcher fue el mexicano José Urquidy durante cinco entradas, con lo que el pleito se empató a 2.

El domingo pasado, los texanos se pusieron en ventaja 3-2 en la Serie Mundial al 7-1 con cuadrangulares de Yordan Álvarez, Carlos Correa y George Springer. Gerrit Cole fue el serpentinero vencedor.

La competencia regresó a Houston el martes anterior y todo hacía parecer que los Astros harían respetar su localía. Solo les faltaba ganar un juego más para coronarse por segunda vez en tres temporadas. Pero los Nacionales tenían otros planes. Volvieron a emboscar de visitantes para imponerse 7-2 con cuadrangulares de Adam Eaton, Juan Soto y Anthony Rendón y obligar al séptimo y definitivo.

No hay nada más majestuoso que el amanecer de la ciudad que recibe el séptimo juego de una Serie Mundial. Todo el mundo habla y comenta del último encuentro. Muchos quieren ser testigos presenciales de ese decisivo encuentro y las entradas se ponen caras y escasas.

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La historia se repitió con un duelo de lanzadores: Greinke contra Scherzer. Los Astros movieron el tablero con dos carreras en la primera entrada. En ese mismo episodio descontó Rendón con un cuadrangular para el 2-1. Y en el quinto Eaton igualó a 2 con jónrón. Pero los Nacionales se aprovecharon del séptimo de la suerte al marcar tres carreras (5-2) que lo pusieron más cerca del triunfo. Finalmente concluyó 7-2 con trabajo magistral de Scherzer y relevo ganador de Patrick Corbin. El cerrador Daniel Hudson remató con un gran ponche sobre Michael Brantley para el último out del juego y así empezar a celebrar la obtención del banderín de campeones.

Los Nacionales se llenaron de gloria al escribir páginas brillantes con sus lanzadores, con jugadas espectaculares y con bateo oportuno y contundente. Son un canto al esfuerzo, a la superación, a la convicción de levantarse cada vez que se toparon con adversidades, al deseo de ganar cuando estuvieron al borde de la eliminación. Triunfar en nueve juegos de playoffs en condición de visita da más valor por la calidad de los rivales.

Por estas razones los Nacionales son los campeones de la Serie Mundial 2019. El mérito es indiscutible y su historia está llena de ejemplos y de pundonor y honor deportivo. (O)

 

Los Nacionales se llenaron de gloria al escribir páginas brillantes con sus lanzadores, con jugadas espectaculares y con bateo oportuno y contundente. Le ganaron a los favoritos, Astros.