Bien dicen que ganar la Copa Libertadores de América es una obsesión y Rubén Darío Insúa es fiel reflejo de ese dicho. El Poeta (59 años) clasificó a Barcelona a la final de 1998 y no pudo ganarla ante Vasco da Gama (2-0, 1-2) y quiere revancha. Si tuviese otra oportunidad, afirma Insúa, le gustaría buscar el título con los canarios o San Lorenzo, con el que logró la Copa Sudamericana 2002. El hoy DT de Liga de Portoviejo habló en un reciente Instagram Live con Marcador.

¿Recuerda usted que su historia de amor con Barcelona nació el martes 30 de enero de 1991?
Lo recuerdo perfectamente, pero no me acordaba que fue un día martes. Para mí fue un desafío profesional deportivo. Y no era nada sencillo, en ese momento tomar una decisión porque yo estaba en un club de prestigio, como lo es Independiente de Avellaneda, pero cuando surgió la posibilidad de Barcelona lo asumí como un desafío deportivo, y estoy muy feliz de haber tomado esa decisión.

¿Qué o quién lo convenció de marcharse de Independiente para fichar por Barcelona?
En parte, el profesor (Miguel) Brindisi. A mí me quedó muy grabado en mi mente el partido que jugó Barcelona contra River Plate, por la semifinal de la Libertadores de 1990 (BSC avanzó a la final y la perdió contra Olimpia) y me había llamado mucho la atención el estadio y la cantidad de público.

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¿Por qué no se cumplieron las expectativas que tenía del equipo y su fichaje apenas iniciado 1991 con la Libertadores?
Por lo que escuché de mis compañeros y en declaraciones a la prensa del profesor Brindisi, el equipo no había tenido una preparación adecuada para la Copa y por eso terminó quedando eliminado en primera ronda.

¿Qué piensa de los que opinan que usted es de los mejores extranjeros en la historia de Barcelona?
(Ríe) La verdad es que estoy de acuerdo con los que opinan eso. Por supuesto que para mí es un orgullo haber puesto mi granito de arena para contribuir a una historia grandiosa como la que tuvo, tiene y tendrá Barcelona. A los que piensan de esa manera les estoy eternamente agradecido.

¿Si no recibía la propuesta de Barcelona se habría quedado para siempre en Independiente?
Me hubiese quedado en Independiente. De hecho, poquito tiempo antes de ir a BSC había renovado el contrato por dos años y yo estaba muy cómodo.

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¿Sigue clavada la espina de la derrota en la final de la Copa Libertadores de 1998?
Me hubiese gustado tener a (Marco Antonio) Etcheverry y que no se lesionara Agustín Delgado (tuvo una para antes de las finales por operación de fractura del quinto metatarsiano. Jugó solo la vuelta). Nosotros después de ganar el campeonato nacional de 1997 mantuvimos todo el plantel, menos a Etcheverry porque el DC United lo había dado solamente a préstamo por cuatro meses. (Con los dos juntos) posiblemente la historia hubría sido diferente. ¿Qué hubiese pasado si al Vasco da Gama se le lesionaban Luizão (goleador de Vasco en la Copa) y Juninho Pernambucano? A ellos les hubiesen faltado los dos eslabones muy importantes que tenían, que fue lo que nos pasó a nosotros.

Y si Etcheverry continuaba en 1998 y Delgado no se lesionaba, ¿cómo habría alineado?
El mismo (once) que utilizábamos, con Etcheverry y Agustín, y el partido lo hubiésemos ganado, seguro, en Guayaquil. Agustín volvió a jugar después de tres meses y nos faltó un cerebro ahí para meter esas cuchilladas que hacen daño. Pero no pierdo la esperanza de volver a estar en una final de Libertadores y ganarla, y si es con Barcelona, mejor. La única final que me falta que me falta dirigir es la del Mundial de Clubes.

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¿Se enteró del resultado de la auditoría de Barcelona que arroja un déficit de 51,6 millones de dólares?
Cuando vi la información, el miércoles (anterior), sí que sentí un impacto por ese monto; es una fortuna de dinero. Desconozco cómo un club con el prestigio de Barcelona, con la cantidad de dinero que entra, llegó a tener esa deuda. Jamás hubiese pensado que iba a tener esa deuda. Hoy el club ya sabe cuál es su propia realidad y me pareció muy bien que el señor Jaime Nebot haya dicho que él espera que se haga público el resultado de lo auditado para que todos los hinchas y socios sepan la realidad. (D)