Un gol de Barcelona a los 26 segundos de iniciado el Clásico del Astillero, el domingo pasado, pudo ser una especie de vaticinio de lo que le definitivamente le ocurriría a Emelec. Un adelanto de lo que estaba por venir, tal vez. El tanto de Erick Castillo tuvo pocos minutos de vida porque tras una revisión del VAR el árbitro Franklin Congo dio marcha atrás y no lo validó porque previamente hubo una mano. Al final el partido fue postergado para este lunes por los incidentes violentos causados por el lanzamiento de una botella que golpeó a Francisco Rodríguez.