José Gavica Peñafiel es un ídolo de Barcelona Sporting Club. Fue un volante que combinó corazón con claridad, talento y sacrificio durante todos los años que defendió la divisa torera.
El ecuatoriano fue campeón nacional en cuatro ocasiones con los toreros: 1989, 1991, 1995 y 1997. Sin embargo, hay un campeonato que lo marcó y ese fue el de 1991, cuando marcó un gol espectacular ante Valdez para conseguir el empate, proclamarse campeones nacionales y dar la vuelta olímpica por primera vez en el estadio Monumental Banco Pichincha.
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En esta entrevista para EL UNIVERSO, Pepín habla del gol que aún lo desvela, del técnico que más lo marcó y del orgullo que le representa formar parte de la historia del equipo más popular del Ecuador.
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¿Qué hace actualmente?
Me dedico a la formación en edades tempranas en el aprendizaje del fútbol. También comento el fútbol ecuatoriano cuando sale la oportunidad en medios de comunicación.
¿Qué significa Barcelona SC para usted?
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En lo deportivo, mucho. Barcelona SC a mí me hizo ídolo, me dio lo que a lo mejor sueña un deportista como profesional. Lo que tengo hoy se lo debo a Dios primero y a esta linda institución que cumplió 100 años.
¿Qué siente al saber que fue parte de la historia de esos 100 años del club?
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Contento de pertenecer a este grupo de leyendas de esta noble institución. Yo me atrevo a decir que es la mejor institución del país. La hinchada va a todas partes, en todos los estadios de Ecuador. Espero que esto les sirva a los jugadores actuales, porque resta conseguir un título internacional.
¿Con cuál de sus cuatro títulos se queda?
Me quedo con el de 1991, porque fue muy importante en mi carrera deportiva y los logros que pude obtener ese año. Fui destacado por varios medios de comunicación y también recibí el Cóndor de Oro y metí el gol para dar la primera vuelta en el Monumental.
¿La jugada del gol fue planificada con Rubén Darío Insúa?
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Nunca la planificamos. Yo estaba concentrado en lo que él podía hacer. Cuando Insúa remataba un tiro libre la gente se levantaba a celebrar el gol. Nadie me estaba marcando, rematé con mucha potencia y un raro efecto. Álex Cevallos no pudo llegar.
Jugó dos finales de la Copa Libertadores, ¿qué cree que hizo falta para ganar al menos una?
Barcelona SC se mereció uno de estos logros internacionales. Lamentablemente fue esquivo. Barcelona SC compitió, Vasco da Gama fue un justo ganador, pero ante Olimpia merecimos ser campeones.
¿Cuál es el partido que más recuerda?
Uno contra Deportivo Quito en 1991, una jugada en la que iba eludiendo al adversario que se me atravesaba. Lo habilité a Carlos Muñoz en el área para que marque. Otro es en 1992 ante Sao Paulo, un equipo lleno de estrellas, marqué un gol, habíamos salido jugando desde nuestro campo.
¿Y el gol que más recuerda?
El que le anoté a Valdez, que nos dio el título de 1991.
¿Cuál es el momento que más orgulloso lo hizo sentir como jugador de Barcelona SC?
Los títulos que obtuve con Barcelona SC me llenan como deportista. Fui escogido como el mejor deportista en 1991 jugando para Barcelona SC.
¿El director técnico que más lo marcó?
Todos dejaron algo bueno en mi carrera. Pero Jorge Habegger fue uno de los que marcó mi trayectoria; Miguel Ángel Brindisi y Francisco Maturana en la Selección me ayudaron a crecer. Víctor Luna me enseñó a jugar pese a ya estar cursando mis últimos años de carrera.
Si pasaban a Once Caldas en la Libertadores del 2004, ¿eran campeones?
Todo el mundo me lo pregunta. Los analistas decían que el equipo jugaba bien al fútbol y que pudo llegar a instancias finales. El único equipo al que Once Caldas, campeón de esa edición, no le pudo ganar fue a Barcelona SC.
¿Qué anécdota es la que más recuerda jugando para Barcelona SC?
En el partido contra Valdez, en 1991, el jugador del partido fue Víctor Mendoza. Nos arrodillamos y le dije: “Tú fuiste el mejor”. Me dijo que había sido yo porque metí el gol. Pero no, él fue el mejor y siempre se lo recuerdo.
¿Cómo ve al equipo en la actualidad?
Está bien conformado. Lo está haciendo bien, puede que tenga un revés, pero es normal. Barcelona SC tiene que batallar contra todo eso. Nada es imposible y cuando son once contra once no hay chequera que se ponga encima.
¿Y a Segundo Castillo?
Él nos abre esperanzas a los técnicos ecuatorianos de poder dirigir. Hoy lo está haciendo muy bien. Los técnicos somos hijos de los resultados. Espero que pueda hacer bien las cosas y, lo que queremos todos, ser campeón nacional y llegar a lo más alto en la Copa Libertadores. (I)