“La experiencia es un peine que te dan cuando ya te quedaste pelado”, filosofaba Ringo Bonavena en una de sus tantas sentencias barriales cargadas de humor. Con el liderazgo sucede algo similar. Cuanto menos fútbol hay sobre el campo de juego más aflora el tema del liderazgo, un tópico de insistente actualidad. Naturalmente que es una importante virtud, como otras tantas. Entre dos futbolistas de iguales capacidades sobresale quien tiene mayor personalidad para llevar el cuadro adelante. Pero cuando uno busca un crack no le mira el liderazgo sino la habilidad, el remate, el cabezazo, la técnica, la inteligencia. Luego se entera, por los compañeros, de que además tiene ascendiente sobre el resto del plantel, que maneja el vestuario, lo siguen.