Todos los que aprendimos algo de él, y quienes tuvimos la fortuna de recorrer algún camino junto con Guillermo Valencia León, el célebre Valenciano, le agradecemos siempre la principal enseñanza que nos impartió respecto al arte de hacer periodismo: corregir las veces que sean necesarias cualquier error de concepto, frase repetitiva, falla ortográfica, o dato estadístico errado para entregarle al público un análisis pulido, preciso, y elaborado con pasión.

Por eso, ahora que acaba de cumplir 96 lúcidos años de existencia, al maestro le dedicamos con admiración y respeto una columna tratando de traspasar el ámbito estrictamente profesional y de formalidad histórica.

‘Sobre Barcelona SC y la hazaña de La Plata tenía la convicción de que sería el suceso del siglo’, recuerda Guillermo Valencia León

El Che, como también conocen a Valenciano la mayoría de sus colegas, fue siempre un tipo de una personalidad que no se achicaba. No importaba que el fútbol ecuatoriano fuera víctima de goleadas cuando enfrentaba a Argentina, Brasil y Uruguay. Ni que jamás se hubiera clasificado a un Mundial, hasta el del 2002. Guillermo Valencia se codeaba de igual a igual con sus prestigiosos colegas argentinos de El Gráfico, los brasileños de Placar, o los españoles de Don Balón y de la agencia EFE.

Publicidad

Foto: Archivo

Sin soberbia, complejos tercermundistas o actitudes derrotistas, el fundador de la inolvidable revista Estadio –la dirigió por 30 años– podía pasar por sobrado para quien no lo conociera de cerca, una percepción totalmente equivocada.

El gran Valenciano ha soplado 95 velas

Es que Valenciano tuvo como jefes a verdaderas figuras estelares del periodismo nacional como Pompilio Ulloa, de La Prensa; Teodoro Alvarado, de Vistazo; y Voltaire Paladines, del Sistema de Emisoras Atalaya. Brilló nítidamente en la prensa escrita y en la radial, hasta que Xavier Alvarado Roca, un visionario, lo colocó en el mundo de la naciente televisión nacional para que se hiciera cargo del segmento Vistazo al deporte, del antiguo Canal 2.

Sufrió un gravísimo accidente automovilístico y estuvo largo tiempo en recuperación. Pero ni esa mala jugada del destino arredró a Valenciano. Le sirvió de acicate para concentrarse de lleno en el crecimiento de Estadio, que de revista quincenal pasó a ser semanal por la enorme acogida que tenía, a la par que daba cátedra en el recordado programa Atalaya Deportiva.

Publicidad

Valenciano fue, junto con Jacinto Landázuri Soto, el primer periodista de Ecuador que transmitió en vivo y en directo un Mundial. Fue el de Chile 1962, a través de las radios Gran Colombia (Quito) y Atalaya (Guayaquil). De ahí en adelante no faltó a ninguna edición de la Copa del Mundo de la FIFA, hasta la de Alemania 2006.

Los periodistas de antaño eran eruditos

A mediados de los años 70 la mayoría de sus hijos se radicaron en Nueva York, donde alcanzaron el éxito profesional. Valenciano obtuvo la residencia norteamericana y ya en un retiro parcial pasaba seis meses en Ecuador y la otra mitad del año en Yonkers (estado de Nueva York), donde tenía su ‘mansión’, como repetía jocosamente.

Publicidad

Una vez, durante la Copa América de Ecuador 1993, en Guayaquil nos encontramos con Víctor Hugo Morales. El brillante relator uruguayo, con los brazos en alto cruzó rápidamente la calle Rumichaca y con voz a todo pulmón dijo: “¡Guillermo Valencia León, sos una de las tres cumbres más grandes del periodismo deportivo americano!”.

Cuando Valenciano coincidió con otros periodistas extranjeros, y con entrenadores internacionales, fui testigo de anécdotas similares de nuestro cumpleañero, que acaba de soplar 96 velas rodeado del cariño de toda su familia en Florida. (O)