Casi con el mismo equipo que acometió la final frente a Argentina, Francia le dio una paliza a Holanda el viernes por la clasificación para la Eurocopa 2024. Estruendoso 4 a 0. A los 7 minutos ya ganaba 2-0. El “casi” es porque el extraordinario Hugo Lloris se retiró de la selección, ahora Maignan ocupa el arco galo; Varane y Dembelé están lesionados y dejaron su lugar a Konaté y Coman; el único cambio por razones técnicas fue el de Kolo Muani en lugar de Giroud. Kolo fue el revulsivo que revolucionó la final con Argentina por su carácter y sus arremetidas a fondo. Un tigre. El Eintracht Frankfurt ya ha dicho que no lo soltará por menos de 100 millones de euros. Francia y Holanda le rindieron en buena medida un reconocimiento a Argentina, porque en el Mundial los dominó ampliamente a ambos, sobre todo a Francia, al que anuló completamente durante 80 minutos.

Mbappé, que no pudo convertir en los dos partidos de Champions ante el Bayern Munich, estrenó su cinta de capitán con dos goles. El entorno que tiene en Francia es muy apropiado, casi una antípoda del que padece en el Paris Saint Germain. Esto confirma una vez más que, con equipo atrás, todos pueden brillar si son cracks. Y él lo es. Messi es la mejor explicación: cuando el Barcelona era la orquesta más afinada del planeta y Argentina lucía impresentable, Leo deslumbraba con su club y recibía palos con la Albiceleste.

Un día antes, Italia cayó en Nápoles 2 a 1 ante Inglaterra. El gol azzurro (excelente definición), del pibe Retegui, de Tigre. Retegui no parla italiano, nunca había viajado a Italia, es argentino, de padre y madre argentinos, nació y vivió siempre en Buenos Aires, se formó futbolísticamente en Boca y rompió la piñata en Tigre, siendo el máximo goleador del fútbol argentino. Es potente, encarador, ve el arco. “Me recuerda a Batistuta cuando llegó a Italia”, destacó el entrenador Roberto Mancini. ¿Por qué se lo llevó la Nazionale…? “Lo convocamos porque no tenemos delanteros que hagan goles”, explicó Mancini. La Gazzetta dello Sport fue más cruda: “Nuestros atacantes no tienen técnica, no hacen goles y no rematan al arco”. Ya está, ya tienen uno que la mete. Italia lo convocó el jueves 17, viajó el domingo, el jueves debutó y fue titular. Retegui tiene la doble nacionalidad por su abuelo materno, Angelo Dimarco.

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Hasta ahí, todo legal, sin embargo, Retegui es un futbolista extranjero ciento por ciento. Este tema de las nacionalizaciones exige una revisión, debe haber un límite. Caso contrario, el fútbol de selección pasa a ser de clubes. Pierde esencia. Italia fue campeón del mundo en 1934 con cuatro argentinos. Y los cuatro ya habían actuado en la selección argentina. No era correcto y por eso se cambió. Esto de Retegui no se ve bien. Es el mejor delantero del fútbol argentino, Scaloni aún no lo había llamado, pero tal vez tenía pensado hacerlo para la nueva eliminatoria, en septiembre. Ahora ya no puede.

El catalán Félix Sánchez debutó como DT de Ecuador con una severa derrota de 3-1 frente a Australia. No es deshonroso, esta Australia es una roca mental y físicamente, puede tumbar a muchos. En el Mundial, otras dos victorias: doblegó a Dinamarca, el candidato sorpresa para muchos, y a Túnez. Antes de irse le dio un susto monumental a Argentina en un duelo que era de 4 a 0 para los de Scaloni, pero que terminó salvando Dibu Martínez. Es un equipo bravo con un técnico bravo (Graham Arnold). Hasta ahí, bien. No obstante, la caída de Ecuador fue fea y Félix Sánchez no la tiene fácil: tomó una selección de nivel mundialista, todos saben que cuenta con excelentes jugadores y Gustavo Alfaro le dejó el listón alto. Puede que Alfaro no sea el conductor más arriesgado, pero armó un equipo de la nada, sin tiempo para ensayos, consiguió la clasificación, descubrió jugadores y varias individualidades destacaron alto. Destacaron por lo mismo que decimos de Mbappé y de Messi: había un conjunto que los rodeaba bien, un funcionamiento. A Sánchez le dieron un muy buen auto, ojalá no lo choque.

Ecuador tiene el mismo drama de Italia y Colombia: falta de delanteros de área, con gol. Si falta Enner Valencia se viene la noche. El que tiene dos goleadores en punta es Venezuela, y dio el golpe: venció a Arabia Saudita (único ganador del campeón del mundo). Dos a uno, con anotaciones de Salomón Rondón (40 goles con la casaca Vinotinto) y Josef Martínez (13 en selección).

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A propósito de Australia… En Perú casi que dieron por ganado el repechaje antes de jugarse. Y hubo críticas a Gareca al quedar afuera. Ahora está claro que ese empate 0 a 0 fue meritorio. Después, los penales los patean los jugadores.

Argentina, que ganó 52 millones de dólares por conquistar el Mundial, sumó otros 3′700.000 de taquilla por el partido-festejo ante Panamá. Un millón doscientas mil personas se anotaron para conseguir una entrada en una interminable cola digital (solo se vendieron por internet). Ochenta y tres mil afortunados consiguieron el boleto y desbordaron el estadio de River para aclamar a los campeones. Messi, de lejos la figura, marcó su gol oficial número 800 con un delicioso tiro libre. Panamá fue más de lo que aparentaba y jugó duro, pero Argentina fue la Argentina de Scaloni, un equipo dominador, ofensivo, seguro de sí mismo.

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Ayer, en un acto de reparación histórica, se le quitó el nombre de Julio Grondona al complejo deportivo de la AFA y se le instituyó el de Lionel Messi. Estaban presentes los presidentes y los capitanes de los clubes de primera división del fútbol argentino. Sopló un aire de decencia. (O)