¡Argentina, Argentina, Argentina…! ¡Campeones del mundo…! Mejor que eso ¡Tricampeones…! Argentina campeón en la mejor final de la historia de los Mundiales y en una Copa espectacular, por brillo y grandiosidad, por fútbol y vaivenes. La mente se escapa y vuela, atraviesa 13.000 kilómetros en una fracción de segundo y piensa en los cuarenta y cinco millones de argentinos exultantes, locos de felicidad, celebrando a lo argentino, desbordados, viscerales, porque Inglaterra es la cuna del fútbol y Brasil la patria del jogo bonito, pero Argentina es la capital de la pasión. De fútbol somos. Esta Copa devuelve el orgullo de haber parido a Di Stéfano, Maradona y Messi, tres de los cuatro dioses del olimpo redondo. También se lo devuelve al fútbol sudamericano, tan deshilachado en los últimos tiempos. Ahora obligamos al mundo a que nos mire en el mapa, acá estamos, esto somos: campeones.