Nueva York, EE. UU.

Por estos días de septiembre llegó a su décimo concierto consecutivo en Nueva York Harry Styles, el famoso cantante británico, y aún le quedan cuatro paradas en el mítico Madison Square Garden.

Mientras tanto, a menos de 40 minutos en carro, se abarrota cada noche el parque de Flushing en su condición de sede anual del Abierto de Estados Unidos.

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Claro que en una urbe gigante con más de 23 millones de habitantes hay público suficiente para llenar cada noche el estadio Arthur Ashe, con aforo para 24.000 personas, y a la vez el Madison Square Garden, con espacio para 20.000 personas. Promediando $ 450 por cada ticket pagado.

Hemos visto personajes de Hollywood como Ben Styler y otros, e incluso a Michelle Obama, quien hizo una entrada rutilante en la esperada semifinal entre el norteamericano Frances Tiafoe y el ibérico Carlos Alcaraz.

Fue la primera vez desde Arthur Ashe en 1972 que un afroamericano llega a semis en el US Open. Y la ex primera dama norteamericana no podía faltar a tan especial invitación.

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Alcaraz venía de un inolvidable match a cinco sets en cuartos de final con Jannik Sinner, donde se rompió el récord de 5 h 20 min de duración al más largo partido de la historia del Abierto de tenis de Estados Unidos.

Si antes yo pensaba que el encuentro Nick Kyrgios vs. Daniil Medvédev había sido el mejor de este US Open 2022, el duelo del murciano de 19 años con el italiano Sinner rompió todas las expectativas. ¡Llegando a ser, sin duda, uno de los mejores lances en la historia de los eventos de Grand Slam!

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La gente se pregunta cómo hace Alcaraz para recuperarse luego de partidos tan extenuantes de cinco sets como el de Marin Cilic, de Sinner y contra el local Frances Tiafoe.

¿Es solo cuestión de sus 19 años y una magnífica preparación física o hay algo más que le permite estar listo para el siguiente reto?

Su coach, Juan Carlos Ferrero, y su preparador físico, Alberto Lledó, han revelado que al terminar dichas maratones tenísticas Carlos toma largos baños de hielo, no importa la hora que sea.

Por ejemplo, una vez culminada la épica batalla con Sinner a las 2:52 a. m. estuvo despierto hasta las 6:00 a. m. con su fisioterapeuta. Recién a esa hora se durmió hasta las 13:00, luego vino un brunch y de nuevo a dormir una siesta para recuperarse del esfuerzo.

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Al final de la tarde, unos cuantos hoyos de golf con Ferrero y su equipo. Y en la noche, siempre que se pueda, una buena mesa de ajedrez, poniendo así la concentración en otra cosa y por supuesto trabajando la parte mental estratégica. (O)