Fue en mi barrio que aprendí de niño lo que era la gambeta, esa habilidad individual que ha sido definida como los “movimientos y amagues con diferentes partes del cuerpo (pies, piernas, cadera, brazos o manos) en posesión de la pelota, con el fin de eludir a un contrario y evitar que este le arrebate el balón”. Se la llama también regatear, cabrear, eludir, engañar o driblar. Lo vi y mucho en nuestras calles con la habilidad desbordante de Eduardo Buche Icaza que estuvo en el Panamá y Río Guayas. Y en la pelota de índor que manejaban con destreza Manuel Corcho Suárez, Carlitos Vasconcellos, Nelson Leche Cruz, Neptalí Calle, Alfredo Ramírez y Pepe Macuy, cuya destreza provocaba la ovación de la gente que se agolpaba en la vereda. En cualquier calle de cualquier barrio los ídolos gambeteadores fueron Bailejo y el Loco Pedemonte, admirados amigos a quienes solo identifiqué por sus célebres apodos.