¿Bellingham, Rodri, Vinícius, Mbappé, Haaland, Carvajal…? ¿Quién será el nuevo Balón de Oro…? No hay un indiscutible, será una puja pareja entre dos o tres nombres. Finalizadas la Copa América y la Eurocopa, ya no hay más torneos que entren en el periodo de elección. El codiciadísimo Balón de Oro 2024 se entregará el 28 de octubre, pero el año en el que se analizan sus méritos comenzó el 1 de agosto de 2023 y cierra este miércoles 31 de julio. Los 100 periodistas que votan, representantes de los 100 primeros países del Ranking Mundial de la FIFA, deberán evaluar solo lo hecho en ese lapso. Lo que venga después no cuenta.

La Copa América tiene, para los electores, menos influencia que la Euro. Igual, la disputada en Estados Unidos no proyectó ninguna figura a la lucha por el trofeo. Por el contrario, desdibujó a Vinícius, el único que llegaba con posibilidades. Más que eso, era el superfavorito a quedarse con el premio. Pero fracasó con Brasil en un torneo continental, algo que tiene su peso en la valoración. Perdió 18 balones y fue reemplazado ante Costa Rica, partido que terminó 0 a 0. Descolló marcando dos goles frente a un pobre Paraguay. Y Daniel Muñoz se lo comió en un sandwichito en el choque con Colombia (además, le sobró paño a Muñoz para marcar el gol del empate). Tiene lindos números Vinícius: 26 goles y 10 asistencias. Y es campeón de Liga, Supercopa y Champions. Al margen de títulos y estadísticas está el juego: es hábil, encarador, guapo, destraba partidos cerrados. Sigue siendo candidato importante y es muy posible que esté en la terna. Le resta algunas fichas su carácter belicoso, provocador, gestor de muchas broncas y líos en las canchas. Se ampara en que es víctima de racismo, algo muchas veces incomprobable.

No obstante, no diríamos que integra la galería de los monstruos brasileños. Romario fue contundente: “Vinícius no es ese jugador del que dices ‘si juega bien, Brasil será campeón’. Si juega bien ayudará mucho a Brasil… El único jugador brasileño que dices ‘si hace lo que es capaz, Brasil será campeón’ es Neymar”. Y Ronaldo Nazario corroboró: “No es un joga bonito. Lo siento, pero es la realidad. El último joga bonito se llama Neymar. Vini es un gran jugador, pero no representa el juego distinto de Brasil”. La tradicional revista Placar, de San Pablo, está haciendo una encuesta sobre el Balón de Oro en Brasil y en Sudamérica. Y Vinícius no va primero.

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¿Y Mbappé…? Ha ganado liga y copa de Francia con el PSG y reúne números fantásticos entre club y selección: 52 goles y 21 asistencias. Digno de las mejores épocas de Messi o Cristiano Ronaldo. Pero el torneo francés pesa poco, y le fue decididamente mal en la Eurocopa, él mismo lo reconoció. Se chamuscó en Alemania. Hay un empeño manifiesto por designar a Kylian como “mejor futbolista del mundo”. Más ahora, que pertenece al Real Madrid. Ningún club del mundo mueve ni el 0,01 % de influencias ni ejerce las presiones ni opera periodísticamente como el Madrid y el madridismo para que sus futbolistas logren el apetecido galardón. Trabajan todo el año para ello.

Sucede que Mbappé nunca termina de demostrar que es el mejor. Tiene una jugada: arranca por izquierda, se cierra hacia el medio para perfilar su remate y patea combado al segundo palo. Con frecuencia le sale bien. Sin embargo, se necesita algo más que una maniobra feliz para ser considerado el número uno. No alcanza solo con potencia y velocidad. Algo que demuestre talento, creatividad, genio, inventiva. Lastimosamente, Kylian nunca ha exhibido nada de eso. Quizás agregue matices a su juego, es joven todavía. Pero no creemos que fuera este su turno. Una vez más, deberá esperar.

Jude Bellingham sin dudas estará en el podio. Lo merece, tuvo un año soñado. En su debut en el Madrid ganó los mismos tres títulos que Vinícius y su tarjeta personal dice 23 anotaciones y 13 asistencias. Con Inglaterra agregó 4 y 4. Jugó más adelantado y encontró su puesto: libre por detrás de los atacantes. Llegó a la final de la Eurocopa. Si coronaba ahí nadie le arrebataba el Balón de Oro. Y aunque hizo dos tantos muy buenos (a Serbia y Eslovaquia) no fue “su” copa. No deslumbró. Es un jugador de 7 puntos en todo, le falta un sello distintivo, como han tenido todos los grandes: Zidane el control, Romario la definición, Ronaldo el slalom, Iniesta el toque corto, Hugo Sánchez la chilena, Dennis Bergkamp el amague, Michael Laudrup la elegancia… No tiene tampoco el genio conductor de Xavi. Picotea... Un poco acá, un poco allá. Peleará el trofeo, aunque no es “Balón de Oro inminente” como Vinícius.

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En una temporada gris, Erling Haaland marcó 38 tantos con el Manchester City y 7 con Noruega. Parece haber involucionado en su juego. O aprendieron a marcarlo y él no supo encontrar la vuelta para zafar. Tiene una deuda pesada: su selección. No hace diferencia a pesar de estar rodeado de compañeros importantes como Odegaard, Sorloth, Ryerson. Su nombre siempre suena, pero en esta edición no debería tener muchos votos.

Una figura que no ganará, pero podría estar entre los seis primeros es Lautaro Martínez, atacante técnico y potente nombrado con holgura el mejor futbolista del Calcio italiano. Ganador del Scudetto con el Inter y de la Copa América, de la cual fue cómodo goleador. Hizo 27 tantos y dio 7 asistencias con el Inter, en tanto marcó 8 con Argentina. Dos títulos grandes, 35 goles, no es poco. Su bajísimo perfil no le da para pelear arriba. Un caso similar es Florian Wirtz, estrella naciente, campeón de la Bundesliga y la Copa Alemana con el Bayer Leverkusen, finalista de la Europa League, talentoso, 21 años, dos goles en la Eurocopa, pero el naufragio de Alemania lo hundió en estas aspiraciones. Volante de armado de 20 goles y 19 asistencias, cuidado…

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El público en general no considera a Dani Carvajal, el implacable lateral derecho del Madrid, pero si nos remitimos a hechos, nadie lo iguala: ganó Liga, Supercopa y Champions con el club de Di Stéfano y Bernabéu, y Eurocopa con España. O sea, todo. Marcador eficiente, durísimo, áspero, casi impasable, porque al extremo lo para por las buenas o por las otras. Pero lo que transmite en entrega, garra, energía mental, decisión es monumental. El jugador ideal para cualquier final, en las que casi siempre es el alma del equipo. Solo dos veces se le dio el Balón de Oro a un defensa, una a Beckenbauer, otra a Cannavaro, si hubiese una tercera Carvajal estaría impecable por parte del jurado. Nadie podría objetarlo. Un futbolista fenomenal para ganar. Si quieres ser campeón necesitas un Carvajal. De mínima, debería estar ternado.

Y, por último, quien tendría que subir a buscar el premio: Rodri, Rodrigo Hernández, el sensacional mediocampista del Manchester City, campeón de la Premier League y de la Eurocopa, prácticamente la figura de todos los partidos que disputa. Y disputó 63. Cuando nadie sabe qué hacer con la pelota o cuando se le ensucia la jugada, se la da a Rodri. Este la limpia, le saca brillo y la devuelve redonda, lista para iniciar una nueva maniobra con posibilidades. Aclara todo, da equilibrio al equipo entero desde el centro del campo. De propina, marcó doce veces y asistió otras quince entre club y selección. El jugador perfecto por técnica, inteligencia, temple y rendimiento. Si hay un mínimo de consenso entre los votantes, debiera levantar el trofeo. Y por fin lo ganaría un español. (O)