Un anciano, pero robusto y lleno de energía, ensaya pasos de baile para celebrar su centenario en medio de una multitud alborozada que aplaude. Un jovenzuelo medio patojo pretende robarse la película simulando tener la misma edad del ágil veterano y hasta ha repartido camisetas hechas en un honor usurpado. Es una historieta divulgada en un país cuya historia deportiva ha caído, a veces, en manos de vivillos, fabuladores, fantasiosos, prestos a cualquier insinuación de jugosos negocios.