Un anciano, pero robusto y lleno de energía, ensaya pasos de baile para celebrar su centenario en medio de una multitud alborozada que aplaude. Un jovenzuelo medio patojo pretende robarse la película simulando tener la misma edad del ágil veterano y hasta ha repartido camisetas hechas en un honor usurpado. Es una historieta divulgada en un país cuya historia deportiva ha caído, a veces, en manos de vivillos, fabuladores, fantasiosos, prestos a cualquier insinuación de jugosos negocios.
Pero vamos a lo nuestro. La entidad que ostentó el Poder Deportivo en todo el país por casi 40 años; que nos representó en la FIFA desde 1925; que se afilió a CONMEBOL en 1927; que se incorporó a todas las organizaciones deportivas mundiales y regionales; que fungió de Comité Olímpico a partir de los Juegos Bolivarianos de 1938 hasta la fundación del actual COE; que organizó todos los torneos latinoamericanos y sudamericanos en el país hasta 1964 fue la hoy enhiesta y centenaria Federación Deportiva Nacional del Ecuador (Fedenador) que tiene hoy otras atribuciones.
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Como todas las ideas modernas de organización deportiva, su concepción obedeció al conocimiento y experiencia del más grande dirigente ecuatoriano de la historia: Manuel Seminario Sáenz de Tejada. Fue él quien concibió la necesidad de una organización nacional bien constituida y sólida. La Federación Deportiva Guayaquil, luego del Guayas (otra de sus obras) era, en 1923, la única en el país que tenía personería jurídica. Para Seminario, era necesario alentar la formación de otras en las provincias. A esa tarea se dedicó largo tiempo.
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¿Qué forma de organización debía tener la nueva entidad nacional que daba vueltas en su mente? Seminario era ecuatoriano, nacido y educado en Francia, y había brillado como deportista la propia Francia, Alemania e Inglaterra. En París había cursado estudios secundarios en el mismo plantel con Franz Reichell, otro notable deportista. La amistad nació de inmediato.
Cuando los años pasaron, Reichell deportista se convirtió en un muy influyente dirigente de talla universal: era nada menos que el secretario general del Comité Olímpico Internacional y el presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de París 1924. Seminario tomó contacto con Reichell para que lo ayude a inscribir a tres atletas nacionales para esos Juegos y para consultarle sobre la estructura que debía adoptar la federación nacional que pretendía fundar en Ecuador.
En mi libro biográfico sobre Seminario (que ojalá algún día aparezca) narro sobre la correspondencia con Reichell y los consejos que este dio a nuestro compatriota. Lo principal: una organización a base de entidades provinciales, con jurisdicción en todo el país, y con gobierno a base de comisiones deportivas. Así había sido en Francia y solo cuando cada deporte había crecido y logrado un gran desarrollo, podía optarse por asociaciones deportivas autónomas.
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Para 1925 el panorama se había abierto. La Federación Deportiva del Guayas, única entidad con personería jurídica, era parte de la FIFA y la Federación Internacional de Lawn Tennis gracias a las gestiones y la influencia de Seminario. Pichincha, Azuay, Chimborazo, Tungurahua y Los Ríos habían fundado sus federaciones,
Públicamente, la Federación Deportiva del Guayas invitó a dichas provincias a reunirse, a partir del 15 de mayo, en los salones del Colegio Nacional Vicente Rocafuerte, en el Primer Congreso Deportivo Nacional, lo que motivó la adhesión total. Ese día se instaló el Congreso y se iniciaron las deliberaciones. El tema principal era la fundación de la nueva entidad que iba a gobernar el deporte nacional. Una comisión se designó para que elabore los estatutos y se fijó el día 25 de mayo de 1925, en el Salón de Honor del Vicente Rocafuerte, para realizar la sesión de discusión del cuerpo legal, la misma que se instaló a las 9 p.m., bajo la presidencia de Manuel Seminario, delegado de Guayas, y actuando como secretario Daniel Alberto Cañizares, de Azuay, uno de los más firmes y leales impulsadores de la idea.
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El acta de dicha sesión dice textualmente: “Luego de aprobarse el acta de la sesión anterior, de acuerdo al Orden del Día, se procede a discutir y aprobar los Estatutos de la F.D.N. del Ecuador por tercera y última vez. Realizada la aprobación definitiva de los 45 artículos, se declara que, desde ese instante, se considera constituida legalmente la entidad”. Es el momento del nacimiento de la Federación Deportiva Nacional del Ecuador, ¿Por dónde aparece la Federación Ecuatoriana de Fútbol en este documento legal de hace cien años?
El 30 de mayo de 1925 se clausuró el I Congreso Deportivo Nacional. En acto de generosa solidaridad, la Federación Deportiva del Guayas, con brillante discurso de Seminario, cedió a la Federación Deportiva Nacional del Ecuador las afiliaciones internacionales a la Federación Internacional de Fútbol Asociación y a la Federación Internacional de Lawn Tennis. En 1927 Fedenador se afilió a la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).
Fedenador gobernó el deporte en todo el país a través de sus comisiones nacionales desde 1925. Si hablamos de fútbol fue la que inscribió la selección nacional para los I Juegos Bolivarianos de Bogotá en 1938 y las Copas América de 1939, 1941, 1942 y 1945. En 1943 la Conmebol le concedió la sede de la Copa América de 1947 que se cumplió con gran éxito en el estadio Capwell de Guayaquil. El presidente de Fedenador Carlos Zavala Gangotena fue elegido en 1946 tesorero de Conmebol, y esa misma entidad designó a Augusto Jijón Terán, presidente de Fedenador, secretario tesorero entre 1952 y 1958. Tanto era el prestigio de la Federación Nacional (no tenía ningún siamés) que le fue concedida la sede de la Copa América Extraordinaria de 1959 que se cumplió en el Estadio Modelo Guayaquil recién inaugurado. También organizó el Campeonato Sudamericano de Natación de 1939 y los Campeonatos Latinoamericanos de Boxeo de 1942 y 1950. Son muchos los torneos internacionales que le fueron asignados
Fedenador tuvo grandes pilotos de tempestades, especialmente después de la Revolución Juliana de 1925 que buscó privar a Guayaquil de su poder y autoridad. Manuel Seminario Sáenz de Tejada, Armando Pareja Coronel, Tomás Carlos Moreno y otros dirigentes dejaron una huella memorable. Hoy llega al centenario al mando de José Arévalo Santana, profesional de alta capacitación que, además ejerce la docencia universitaria y tiene larga experiencia nacional e internacional en la dirigencia del básquet.
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En tiempos de la antigua estructura de Fedenador, con apenas 20 años y recién retirado de la natación activa, ese gran dirigente y amigo que fue José Bejarano Morán, me invitó a ser secretario de la Comisión Nacional de Natación, que él presidía, y que era lo que es hoy la Federación Ecuatoriana de Natación. En ese cuerpo directivo encontré también a otro gran dirigente que me dio valiosas lecciones: Salathiel Toral Viteri.
Fui asiduo visitante de su sede cuando ejercía la secretaría mi maestro vicentino don Gerardo Guevara Wolf. De allí mi aprecio y mi lealtad a la gran Federación Deportiva Nacional del Ecuador que fue en mi juventud la fuente donde abrevé mi sed de conocimiento con grandes y honorables maestros del deporte. (O)