Empecé a ver fútbol hace 72 años y tengo en mi memoria miles de recuerdos gratos, y de los otros. Perduran —eso sí— los primeros porque el balompié tenía ingredientes que no se pueden encontrar hoy en nuestro medio: nobleza en sus protagonistas, lo que se mostraba en la identidad del corazón y la camiseta. “Tenían más corazón que pecho”, dijo una vez Ricardo Chacón García, periodista de verdad que llegó a la redacción de diarios y a las cabinas radiales directamente de los campos deportivos, a diferencia de lo que ocurre hoy.