En Europa son decenas, aquí no. No hay Chipres ni Maltas ni Andorras ni Luxemburgos. Tampoco Moldavias o Albanias. En Sudamérica, la Eliminatoria no solo es la más difícil del mundo, también es la más apasionante por la paridad y la tensión de cada encuentro. Hasta el último minuto de la última fecha reina el suspenso y todos se pueden ganar entre sí. Un gol es capaz de decidir un cupo al Mundial. En Europa u otros continentes es ganar o perder, alegría o tristeza y ya. Acá es emoción o llanto, euforia o drama. La jornada del martes fue sencillamente excepcional: diecisiete goles en cinco partidos y espectáculos de alto voltaje, como Perú 1 - Ecuador 1; de categoría, como la demostración de Argentina frente a Colombia; o de un espectacular ida y vuelta en el caso de Bolivia 2 - Chile 3. En el medio, dos goleadas: la de Uruguay a Venezuela y de Brasil a Paraguay.