Que la Federación Ecuatoriana de Fútbol anunciara al español Félix Sánchez Bas como nuevo DT de la Selección fue sorpresivo, porque varias semanas antes Ricardo Gareca, de conocida y exitosa trayectoria al frente de Perú, era el principal opcionado. Parecía que era un hecho la contratación del argentino, especialmente cuando se difundieron las declaraciones de Gareca al medio peruano Exitosa Noticias, en las que dijo que su arribo a Ecuador no tardaría mucho y que pensaba que el 5 de marzo debería convocar para los dos partidos amistosos contra Australia.

En el momento que conocí que Gareca estaba por iniciar negociaciones con el Vélez Sarsfield me di cuenta de que ya no era opción, peor prioridad. En poco tiempo lo confirmó Francisco Egas, cuando mencionó que, aunque en lo deportivo había un acuerdo, lo económico los distanció.

Luego tomó vuelo el nombre del archiconocido técnico uruguayo Guillermo Almada, con un currículo exitoso dirigiendo clubes en nuestro país (campeón con Barcelona en el 2016) y en México (con el Pachuca ganó el Apertura del 2022). Su aceptación en el Ecuador era la más alta, pero la FEF anunció que tampoco Almada se acercaba a su presupuesto. Lo que sorprendió es que, después de la presentación del español Sánchez Bas, Almada, disgustado, dijo que su nombre había sido ocupado como objeto de distracción y que la Ecuafútbol nunca estuvo interesada realmente en contratarlo, y que el leve contacto que hizo la Federación era para presionar y conseguir negociar con otro entrenador. Con eso se cerró el capítulo de Almada.

Publicidad

Eso dio vía libre a la FEF para cumplir con su sueño privilegiado, pero oculto: incorporar al español Félix Sánchez Bas. Tanto es así que, desde el anuncio oficial hasta la fecha de su arribo al Ecuador, todo fue súbito. El español y todo su tropel de colaboradores llegaron a Quito sacando pecho por sus antecedentes, que por supuesto son dignos de mencionar, pero también de analizarse detenidamente en todo el contexto de su carrera como DT.

La presentación del catalán ante la comunidad deportiva ecuatoriana fue simplona, no sé si por la economía de guerra que vive la FEF o por la ausencia del presidente Egas, que en esos días intervenía en el congreso de la FIFA que se realizaba en Ruanda. Más drástica fue la descripción que hizo el dirigente ambateño Luis Chango, titular del Mushuc Runa: “Fue una presentación a la que le faltó caché y una mayor inversión; pero, como la FEF está chira, por eso traen al técnico más malo del Mundial”.

Sobre la pobreza de la presentación oficial estamos de acuerdo si la comparamos con las anteriores, como la que se hizo al infalible y nunca olvidado Jordi Cruyff, quien, usufructuando su famoso apellido, casi exigió una presentación con un estilo parecido a la de los Premios Óscar. En el evento de Cruyff (enero del 2020) la FEF gastó $ 211.000, con una llamativa parafernalia incluida y con la presencia de varias altas autoridades políticas y deportivas del país, incluyendo al entonces presidente de la República, Lenín Moreno. La sociedad Cruyff-Antonio Cordón, tras prometernos la ‘biblia’ del fútbol y un programa exitoso hasta el 2030, cogieron las de Villadiego. La desvinculación le costó a la Federación $ 1′100.000 por apenas 52 días de trabajo.

Publicidad

Félix Sánchez Bas trae un interesante currículo profesional, como haber estado diez años en las categorías inferiores del FC Barcelona catalán. En el 2006 se unió a la Aspire Academy, en Qatar. En el 2013 asumió la selección sub-19 de Qatar, con la que quedó campeón asiático en esa categoría. Luego remplazó a Jorge Fossati en el combinado mayor, en el 2017, y en ese cargo Sánchez Bas ganó también la Copa Asiática 2019. Y luego llegó la participación en el Mundial 2022, donde fracasó rotundamente: fue eliminado en la fase de grupos y con la selección anfitriona ubicada en el último puesto en la Copa del Mundo.

Ahora se escucha al presidente de la FEF criticar fuertemente a Gustavo Alfaro al reconocer Egas que, luego de la fiesta que fue el Mundial, dio la vuelta y se dio cuenta de que la casa estaba vacía, sin nada, que no había ninguna herencia ni trabajo documentado, ni informes por parte de Alfaro. El argentino se muere de risa y va a demandar ante la FIFA a FEF por los $ 4 millones que dice que se le adeudan. La cifra nos parece descabellada para nuestro fútbol. Parecería que el autor del libro Cazador de utopías imposibles se transformó en un cazador de fortunas posibles. Los antepasados decían de estos personajes: “Así paga el diablo a sus devotos”.

Publicidad

Al final cada uno juzgará la actuación de Gustavo Alfaro. Para algunos, hay que instalar un gran retrato en la Casa de la Selección y otros lloran su ausencia. Hoy me mantengo en mi opinión: se aplaudió la merecida clasificación, pero esos aplausos no duraron mucho. El resto fue un desgobierno interno y un fracaso en el partido más esperado por los ecuatorianos, en el que con solo empatar con Senegal se clasificaba a octavos de final. El tiempo me dio la razón. Alfaro no dejó nada y lo ratifican las palabras del propio titular de la FEF.

Hoy, tanto Egas como Sánchez Bas dicen que harán todo lo contrario. Es decir, se trabajará en un proyecto sostenible, formarán entrenadores nacionales, estructurarán las divisiones juveniles, utilizarán metodologías uniformes en todas las categorías de la Selección (recalcan que harán un modelo de trabajo con la misma metodología de entrenamientos para que los chicos, cuando lleguen a la mayor, no empiecen un proceso con una manera opuesta de jugar). Y sobre la selección absoluta dijo el nuevo jefe del cuerpo técnico que desea conformar un equipo protagonista en los partidos, con una mentalidad ganadora desde el inicio y ante cualquier rival.

La verdad es que, como enunciados, todo eso suena muy bien, porque son ofrecimientos oportunos. Sánchez Bas dijo todo lo que no hizo su antecesor y también todo lo que su jefe, el presidente de la FEF, le ha solicitado. De ahí a que lo consiga, también requerirá de resultados. El catalán debe conocer que existe una afición que sabe de fútbol y que tiene mayores exigencias que las de los hinchas de Qatar; que deberá soportar una presión mediática respecto a sus logros a mediano plazo, pero sobre todo los de corto plazo.

Por ejemplo, no queremos excusas de no poder competir para intentar llegar a la final de la Copa América y, por supuesto, será necesario conseguir los puntos para clasificar al Mundial de México, Estados Unidos y Canadá 2026, donde participarán 48 selecciones y a Sudamérica se le han otorgado seis cupos y medio. Por ahora, Sánchez Bas, a sabiendas de que el papel aguanta todo lo ofrecido, debe tener presente que el infierno está lleno de buenas intenciones; pero el cielo, de buenas obras. Bienvenido a nuestro fútbol, señor Sánchez Bas. Que su labor sea leal, sacrificada y dedicada, como todos los ecuatorianos aspiramos; caso contrario, que la afición, la prensa os demande.

Publicidad

Creemos que, si el DT español posee conocimientos, tendrá muchos elementos a su favor, como recibir una generación dorada de futbolistas. Estará, además, al frente de uno de los planteles más jóvenes y con mayor proyección en el balompié sudamericano. El tiempo de las promesas terminó; ahora intente cumplirlas, señor Félix Sánchez. (O)