La decisión de la LigaPro de aumentar a ocho el número de jugadores extranjeros en los clubes de fútbol de las series A y B significa estrangular las posibilidades de progreso de este deporte y cerrar el paso de las jóvenes figuras que podrían aparecer en las 26 instituciones que compiten en el torneo nacional. Sin que los dirigentes lo adviertan han retrocedido 72 años. Están peloteando en el viejo estadio George Capwell y el del Arbolito, tal como lo hicieron sus antecesores en el inicio del profesionalismo en la década de los años 50.