Lionel Messi demostró al mundo lo que era capaz de hacer en el verano del 2020, cuando públicamente anunció su voluntad de no continuar en el Barça. Con esa declaración, él tenía todo muy bien calculado y, luego de conseguir su objetivo, que era decapitar a Josep María Bartomeu, entonces presidente del club azulgrana, continuó sin muchas ganas en el plantel.