No fue “el” año futbolísticamente. Arrancó con partidos emocionantes (casi siempre a cargo de la Premier League) y luego decayó hasta terminar en menos que discreto. Hubo una lánguida Copa América y una Eurocopa apenas un pelo mejor. Ni la Champions ni la Libertadores despertaron pasiones. España y Argentina, las selecciones más fuertes del mundo, volvieron a imponerse. La aparición de Lamine Yamal y los alemanes Musiala y Wirtz sí son un soplo de esperanza que da el 2024. No obstante, fueron más espinas que rosas. Será un año que olvidaremos pronto.