La foto es legendaria: Adolf Dassler, con buzo de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), revisando los tapones (tacos) de los botines del capitán Fritz Walter en la utilería del equipo que al día siguiente sería campeón del mundo. Fue en julio de 1954, durante el Mundial de Suiza. El fundador de la incipiente empresa Adidas oficiando de zapatero de la Selección que asombraría al planeta. Alemania aún juntaba los escombros de la Segunda Guerra Mundial y su selección recién había sido readmitida por la FIFA en el circuito competitivo tras una larga sanción. Pero dio un golpe mayúsculo venciendo en la final a la fabulosa Hungría de Puskas. Por eso se bautizó a esa final como “El milagro de Berna”.

Ahí comenzó el matrimonio entre Adidas y el fútbol germano. Primero fueron los zapatos, luego la indumentaria que lucieron Uwe Seeler, Beckenbauer, Gerd Müller, Klinsmann, Rummenigge, hasta el más nuevito que pinta para estrella: Florian Wirtz. Todos han lucido las célebres tres tiras en las mangas y en el hombro. Nunca hubo una relación más duradera en materia de patrocinio. Adidas se erigió en la marca líder del deporte mundial y la siempre sólida y fuerte Selección de Alemania, su emblema, el caballito de batalla con el que conquistó todos los mercados. Más que eso, Adidas, como Mercedes Benz, se convirtió en una marca país que representa todo lo alemán: eficiencia, calidad, innovación, tecnología de punta. Puma, Nike, Umbro, Reebok, Kappa, Diadora, New Balance, todos corrían de atrás del coloso que inició este negocio del auspicio para equipos y atletas.

Sinónimo de una nación

Adi Dassler hizo un doblete: se asoció con la Federación Alemana y le quitó el negocio a su hermano mayor Rudolf, dueño de Puma, otro monstruo de la industria deportiva. Ambos habían fundado una empresa en 1924 dedicada a los zapatos de competición, sin embargo, diferencias de pensamiento y de filiación sobre el nazismo los fueron separando. Adi logró un crecimiento a través de los clubes y selecciones, Rudolf se quedó con un botín también notable: firmó contratos de por vida con Pelé y Maradona. Pero nunca pudo destronar a su hermano en la selección germana.

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Setenta años de romance entre Adidas y la DFB se quebraron el pasado 21 de marzo con un breve comunicado de la federación tetracampeona del mundo: “La federación se asociará con Nike en materia de equipamiento desde 2027 hasta 2034. Nike equipará a todas las selecciones nacionales de la DFB y promocionará el fútbol alemán en su totalidad”.

Publicaciones de medios alemanes con el detalle del cambio de patrocinio en la indumentaria que vestirán a partir del 2027 las selecciones de fútbol de Alemania.

La noticia fue un terremoto en Alemania. Divorciarse de Adidas, casi un símbolo patrio, para casarse con una firma estadounidense; era como si Lufthansa pasara a manos chinas y capitales árabes se quedaran con Volkswagen.

La opinión pública en general lo tomó como “traición a la patria”, incluso se pidió al Gobierno intervenir para tirar abajo la negociación. De hecho, el vicecanciller y ministro de Economía, Robert Habeck, mostró su pesadumbre: “No me puedo imaginar la camiseta alemana sin las tres rayas. Adidas y Alemania son para mí parte de un todo”. A su vez, Karl Lauterbach, ministro de Sanidad, fue lacónico: “El comercio está destruyendo un pedazo de Heimat (tierra natal)”, dicho alemán que alude a la idea de hogar, pertenencia y lugar. Markus Söder, primer ministro de Baviera, calificó el cambio de “erróneo, lamentable e incomprensible”.

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Bernd Neuendorf, presidente de la DFB, se mostró horrorizado por el escándalo que desató el convenio con Nike. En parte, hay que comprenderlo: la situación económica de la Federación es apremiante (The Economist la califica de “desesperante”) y la firma norteamericana ofreció el doble que Adidas: $ 108 millones al año contra $ 50 millones de las tres tiras. “Estamos deseando trabajar con Nike por la confianza depositada en nosotros. La futura asociación permitirá a la DFB continuar realizando tareas clave en la próxima década con miras al desarrollo integral del fútbol en Alemania. Pero también está claro que hasta diciembre de 2026 haremos todo lo posible para lograr el éxito compartido con nuestro antiguo y actual socio Adidas, a quien el fútbol alemán le debe mucho desde hace más de siete décadas”, indicó.

Publicaciones de medios alemanes con el detalle del cambio de patrocinio en la indumentaria que vestirán a partir del 2027 las selecciones de fútbol de Alemania.

Adidas afronta bajísima rentabilidad. Su nuevo director ejecutivo, el noruego Bjorn Gulden, hace una notable tarea de recuperación de la empresa, afirman los portales de economía y negocios. Haber igualado la propuesta de Nike hubiese arruinado esa tarea. Adidas no tuvo otro remedio que dejarlo pasar. Seguirá proveyendo material deportivo hasta fines de 2026. En las siete décadas con Adidas, Alemania ganó cuatro Copas del Mundo y tres Eurocopas con la selección masculina y dos Mundiales y ocho Eurocopas con la femenina. Y es posible que sume una Eurocopa más en junio.

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Nike es la mayor fabricante mundial de ropa deportiva, con un beneficio neto anual de $ 6.000 millones, contra $ 268 millones de Adidas.

Holger Blask, presidente del consejo de administración de DFB GmbH & Co. KG, empresa de la Federación a cargo de sus temas comerciales, descartó cualquiera manipulación en la decisión: “La adjudicación al futuro socio proveedor es el resultado de una licitación transparente y no discriminatoria. Nike hizo, con diferencia, la mejor oferta económica y también convenció con su visión de contenidos, que representa un claro compromiso con la promoción de los deportes amateurs y populares, así como el desarrollo del fútbol femenino en Alemania”. (O)