Podrán hablarme de pressing, de doble cinco, de tácticas defensivas, con el lenguaje esotérico que enmascara el odio a todo lo estético, a lo que está emparentado con el arte de dominar un balón con la parte menos hábil del cuerpo, los pies, y obligar a estas extremidades a obedecer los mandatos de cerebros privilegiados, nacidos para habitar el olimpo de los inmortales.

Así fue la primera vez que Pelé visitó Ecuador

A despecho de tanta palabrería soy uno de los, seguramente, escasos sobrevivientes que en Guayaquil podemos gritar con orgullo: ¡Yo vi a Pelé!, y no una, sino dos veces, en los tiempos románticos del viejo estadio Capwell y del Modelo.

No había televisión en nuestra ciudad, peor transmisiones en vivo y en directo, TV por cable, fibras ópticas y otros milagros de la tecnología. Solo teníamos a mano la radio y las páginas de los periódicos en blanco y negro. Los locutores leían los despachos de agencias internacionales y escuchábamos asiduamente los comentarios de Manuel Chicken Palacios, en su Cocktail deportivo de radio Cristal; y de Ricardo Chacón y Augusto Jijí Barreiro, en Atalaya en su muy recordado Horizontes deportivos. Un todavía adolescente Alberto Sánchez Varas recolectaba los diarios en el aeropuerto y nos mantenía informados del balompié sudamericano.

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Hoy que Pelé ha dado el definitivo paso a la eternidad y ocupa un trono que nadie le podrá arrebatar, podemos contar cómo conocimos sus comienzos en el fútbol mundial. Fue en 1958. Se jugaba la sexta Copa del Mundo en Suecia y en diarios y revistas se hablaba ya de un gran equipo brasileño que buscaba borrar las cicatrices del Maracanazo. De Pelé, naciente estrella adolescente, nadie decía nada. Ni la revista El Gráfico, a la que era abonado mi padre.

Adiós a Pelé, el ‘futbolista sobrenatural’ que soñó con su recibimiento por Dios cuando falleciera

Llegó como incógnito a Suecia, al igual que quien sería su socio en dos mundiales: Garrincha. El técnico, Vicente Feola, no utilizó a ninguno de ellos al inicio del torneo, Se decidió por Joel y por Dida, ambos de Flamengo. Pelé, de 17 años, ya había deslumbrado en el Santos FC, mientras Garrincha dejaba un reguero de defensores en el piso cada vez que arrancaba por derecha con su gambeta indescifrable vistiendo la divisa de Botafogo.

En Suecia 1958, Brasil ganó su primera Copa Mundial de la FIFA, también la inicial de tres para la leyenda Pelé, entonces de 17 años. (abajo, tercero desde la izq.)

El 14 de junio de 1958, antes del encuentro con Unión Soviética, Zito, Djalma Santos y Nilton Santos –líderes de la Auriverde– se reunieron con Feola y le pidieron que alineara a Pelé y Garrincha. El DT aceptó la insinuación y al día siguiente, en el estadio de Gotemburgo, apareció la formación que llevaría a Brasil a obtener la ansiada corona: Gilmar; Djalma Santos, Bellini, Orlando, Nilton Santos; Zito, Didí; Garrincha, Vavá, Pelé y Zagalo. Dos goles anotó Vavá en la puerta del mítico Lev Yashin, servidos para que empuje el esférico después de que Garrincha hiciera destrozos en el área soviética.

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El 19 de junio Pelé hizo el gol ante Gales en cuartos de final. Su juego había encantado ya a la fría tribuna sueca que se levantaba a aplaudir sus regates magistrales. Tres tantos le hizo a Francia. Brasil estaba en la final, ante Suecia. El 29 de junio de 1958, el planeta terminó por rendirse a los pies de Pelé. Otra vez cinco goles de la escuadra brasileña y dos de la maravilla de ébano. Esos tantos fueron considerados obras de arte labradas por el feroz instinto goleador y la exquisitez de O Rei, como lo bautizó para eternas memorias la prensa mundial a insinuación de la famosa revista francesa L’Equipe. Oímos en familia ese Mundial por radio. Brasil vengó su derrota en el Maracaná y sembró una escuela que se esparció por el mundo: el jogo bonito.

Pelé en Guayaquil

¡Se imaginan ustedes la conmoción que causó entre nosotros, los futboleros, el anuncio de que Pelé iba a jugar en Guayaquil apenas siete meses después de consagrarse en Suecia! Corrían los albores de enero de 1959. ¡Íbamos a ver a Pelé en el césped del estadio Capwell, la cuna de nuestros sueños de fútbol! Los precios no eran muy alentadores. Diez sucres iba a costar la general.

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Pelé, contra Barcelona SC, ‘no parecía humano’ porque en el estadio Modelo ‘realizó lo irrealizable’

Con la muchachada del barrio emprendimos la caminata al Capwell pasadas las 15:00. Cuando llegamos a Quito y San Martín vimos un alboroto. No había policías (estaban resguardando las bodegas de la Aduana en el Malecón, ante una amenaza de asalto). Los oportunistas de siempre colocaron unas tablas en la pared de la avenida Quito. Así vimos esa tarde a Pelé, Zito, Pagao, Pepe, Coutinho y a un digno Emelec caer 3-1, batallando contra ídolos mundiales.

En enero, pero de 1962, vimos una vez más a Pelé, con el Santos. En esa ocasión contra Barcelona, en el Modelo. “Ese Santos de Pelé enamoró con su juego. Tenía un insultante descaro y capacidad natural para marcar goles”, publicó el periódico Marca, en una serie especial sobre conjuntos de leyenda en el 2011. Resaltó “la potente zurda de Pepe, los saltos eternos de Pelé, la inteligencia de Dorval y la profundidad de Mengalvio”. A esa escuadra memorable la FIFA la designó como el Mejor Equipo del Siglo XX. EL UNIVERSO anotó: “Y aunque Pelé era el genio, a los canarios les tocó padecer también a Coutinho, compadre de O Rei”.

Antonio Falcao, en su libro Los artistas del fútbol brasileño, describió así esa mortífera sociedad: “En la inagotable historia del fútbol, varios dúos de cracks se formaron. Aunque el formado por Pelé y Coutinho fue extraplanetario, fantástico y definió al Santos de los años 60. Son de esos genios las magistrales tabelinhas (paredes) que encantaron a los estadios de 1958 a 1967″.

La fortuna que logró forjar Pelé a lo largo de su vida

Fuimos testigos de la inteligencia con que se manejaba ese Santos con su delantera, inolvidable: Dorval, Mengalvio, Coutinho, Pelé y Pepe. ¡Y los vimos en la cancha del Modelo en una actuación maravillosa! Uno de los que más conocieron a Pelé fue el técnico argentino César Luis Menotti, quien jugó con Pelé en el Santos y también lo tuvo como rival. En una charla con un medio de su país le preguntaron sobre Lionel Messi y su velocidad y si antes había visto algo así, a lo que el entrenador campeón del mundo en 1978 respondió: “Sí, el negro, Pelé. A Pelé hay que sacarlo. Cuando hablemos de fútbol a Pelé no lo pongas nunca, porque Pelé es de otro planeta”.

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Menotti recordó en TyC Sports a Pelé en el día de la muerte de este: “No hubo, no hay ni habrá jugadores como Pelé. Ni yo ni Diego (Maradona) dudábamos de eso. Las diferencias con Diego eran físicas, Pelé era un atleta. Son esos jugadores que nacen y no se repiten. Pelé jugaba de Pelé. Imposible de encasillarlo. Parecía que él la manejaba hablando a la pelota… la llamaba, la atraía. Su físico privilegiado es lo que lo diferenciaba de otros grandes jugadores. Como saltaba, frenaba… Repito: no hubo, no hay ni habrá un jugador como Pelé”. (O)