Contar la historia es darles sentido a los diversos periodos que marcaron el pasado. Es una obligación impostergable, de quienes hoy se engullen de los éxitos del presente, reconocer cuáles fueron las circunstancias, las vicisitudes, de los pioneros de cualquier actividad.

Por fortuna, en nuestro país el deporte ha tenido grandes historiadores que han plasmado para siempre los acontecimientos de muchas de las disciplinas deportivas. El fútbol, la natación, el básquet, el tenis… Esos deportes poseen extensa documentación que dan brillo y convalidan logros.

¿Cuántos nombres y hechos documentan el archivo que sustenta la trayectoria del tenis ecuatoriano? La contestación lógica es que muchos. Todos, a su manera y en su momento, se encargaron de colocar el simbólico peldaño de esa interminable escalada. Los más conocidos lucieron en el tenis mundial, mientras otros adornaron el doméstico. De ese modo, unos y otros instauraron una secuencia de sucesos que han ilustrado el reconocido estoicismo deportivo en el país.

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Recuerdos de nuestro periodismo en el tenis

En el Ecuador tenístico, la lista se vuelve interminable y traspasa la barrera de los tiempos. Nos presenta nombres que fueron titulares de los éxitos y se convirtieron con los años en anécdotas o simplemente en leyendas. Desde los que fundaron su práctica en nuestros patios en albores del siglo XX.

Es así que aparecen los primeros tenistas que nos cuentan la historia, como el aguerrido Nelson Úraga Suárez, jugador extraordinario, campeonísimo en planos costeños, serranos, internacionales, bolivarianos… Invencible por muchos años. Figura poco recordada. Nacido en el templo del tenis, el Guayaquil Tenis Club, y de quien hoy reconocemos su brillante trayectoria.

Dejó la práctica del fútbol

Nelson Úraga Suárez nació en Guayaquil en 1889. Dio sus primeros pasos como deportista en 1901, en Lima, de donde regresó por el fallecimiento de sus padres en 1911. Debido a su inclinación por el fútbol y sus grandes condiciones, en 1912 se incorporó al famoso CS Guayaquil. En 1914 pasó al CS Patria para jugar como mediocentro, pero el tenis lo llamó y en 1918 decidió dejar el balompié e ingresó al Guayaquil Tenis Club. En noviembre de 1919 se declaró campeón provincial, derrotando a las figuras de aquellos años: Francisco de Ycaza Gómez, Juan X. Aguirre, Carlos y Julio Guzmán, Alfredo Paulson, Arcadio Arosemena, Ricardo Fiore, Alex Ashton… Su poderío y superioridad eran notables. En los registros consta que desde 1926 ganó nueve años consecutivos en las tres modalidades, siendo sus compañeros de dobles César González Rumbea y Leonor Arosemena (mixto).

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Nelson Úraga Suárez, destacado tenista guayaquileño de la década de 1930. Foto: Cortesía

Se recuerda el partido jugado por el campeonato de Ancón ante el inglés Simpson, a quien lo derrotó por 6-4, 6-3 y 13-11. Nelson Úraga se cansó de ganar copas. Se mantuvo invicto en nuestro país. Se dio el lujo de ganarle alguna vez a Pancho Segura. Perdió el invicto en 1933, a los 44 años, disputando una de las copas del Guayaquil Tenis Club ante Diego Noboa Elizalde.

Esa derrota fue muy reconocida por los medios escritos de la ciudad. El Telégrafo, el 25 de julio de 1933, en un artículo dedicado al acontecimiento que fue la pérdida del invicto de Úraga, dijo: “Ha caído un campeón con todos los honores, defendiendo su prestigio único en el deporte de la ciudad. Después de haber cumplido 44 años de existencia y mantener tanto tiempo el éxito, ayer ha perdido a manos de un joven que ojalá sepa mantenerla con el mismo prestigio que Nelson Úraga ha sabido conservar. El momento que terminó el partido y el nuevo campeón era proclamado, el suceso en sí fue excepcional, porque representaba la pérdida del mejor tenista de Guayaquil y quizás del Ecuador, produjo una tan animada situación que el Tenis Club era un hervidero de comentarios y sobre todo de felicitaciones para Diego Noboa Elizalde, joven vencedor que está llamado por muchas razones a ser un tenista de calidad”. Esta crónica fue escrita a propósito de este encuentro, que ganó Noboa 7-5, 1-6 y 6-4, en la disputa de la Copa González Rubio.

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El mismo año de esa derrota tan comentada, conformó la selección del Guayaquil Tenis Club que batió al Ecuador Tenis Club de Quito, gracias a las dos victorias conseguidas por Úraga ante los hermanos Jorge y Julio Goetschel. Este último había derrotado al joven Noboa, así Úraga daba el campeonato nacional interclubes. La prensa guayaquileña recalcó que, pese a la derrota ante Noboa, un mes después con el triunfo que obtuvo Úraga ratificaba que seguía siendo el mejor tenista nacional.

Origen histórico de los clubes de tenis del Ecuador

Respecto del Guayaquil Tenis Club, su jerarquía organizativa se fue propagando de copa en copa. Se instauraron célebres disputas de torneos internos que fueron la consolidación del lugar. Un ejemplo, la Copa González Rubio, creada en 1924 y en homenaje a ese formidable presidente que tuvo el club entre 1921 y 1938. Otra copa reconocida fue la María de Tous, en reconocimiento a tan importante dama de la sociedad guayaquileña. Con el tiempo se fueron creando otras copas como la Pommery y Greno, Copa Homero Cano, Copa Elisa Pérez, Copa Jorge Durán W., Copa Agustín Febres Cordero y también la Copa Nelson Úraga, en reconocimiento a la trayectoria de tan destacado deportista.

Úraga Suárez, al retirarse de las canchas, fue elegido presidente de la Federación Deportiva Nacional del Ecuador, cargo en el que dejó profunda huella de trabajo y de defensa de los intereses del deporte de Guayaquil, sobre todo amenazado por el afán centralista y estatizante de esa época.

Decenas de títulos

En una amplia entrevista ofrecida a Semana Gráfica en 1931, Úraga reconoció que para él era una ventaja el ser zurdo. Era muy hábil practicando esgrima. Luego confesó que estaba consciente de que su superioridad en las canchas había sido extensa, pero también estaba convencido de que cualquiera de los días que estaban por venir saldría alguien que lo superara. “Pero para ese día estoy preparado”. En la vitrina de su casa guardaba todos sus trofeos. La entrevista la terminó con una frase de mucho fondo: “No vivo con el temor de perder, porque la pérdida del torneo que lo he ganado por tantos años seguidos será consecuencia lógica de la vida y del devenir de los años”.

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En datos tomados de Diario EL UNIVERSO en octubre de 1952, Úraga Suárez ganó 60 copas, 62 medallas, el escudo municipal y más de 100 pergaminos y diplomas, a lo largo de su trayectoria en el tenis.

Los tenistas más reconocidos por los ecuatorianos son, sin lugar a dudas: Segura, Andrés Gómez, Eduardo Zuleta, Pancho Guzmán, Miguel Olvera, Nicolás Lapentti, Raúl Viver, Ricardo Ycaza… La particularidad es que ha habido actores aristocráticos, embelesados en su elegancia, que celebraron sus triunfos con champán y fresas frescas, pero también han tenido los días para celebrar con cerveza y algo de picar. Esa es la suerte de nuestro tenis. Por aquello el pueblo cuando se enteró de los éxitos de nuestros tenistas salió en masa a recibirlos, como cuando fue al muelle sobre el río Guayas a recibir a Segura, que había ganado el Campeonato Bolivariano en 1938 o cuando paseó en hombros a Olvera y Zuleta por la 9 de Octubre, luego de ganar la Copa Mitre en 1962, o cuando repletó las calles para festejar el triunfo de Andrés Gómez en París 1990 (Roland Garros).

Hoy le dediqué estas letras a Nelson Úraga por lo que hizo por nuestro tenis, porque se lo merece. Escondido por los años, recordarlo nos ha dado sentido a un periodo importante de nuestro tenis, cuando daba sus primeros pasos. (O)