Una tabla reveladora -y un análisis de siete aspectos concretos- nos dice que, pese a todas las suposiciones, Uruguay y Colombia pueden ser considerados como el tercer fútbol de Sudamérica. O, al menos, los que disputen ese sitial. Si fuera por selecciones, nadie le discute ese lugar a los celestes, pero en clubes su gravitación baja muchísimo y eso lo equipara tanto con Colombia como con Ecuador. Hablamos de los últimos veintiún años.