Con una larga trayectoria en los banquillos, Dorival Júnior logró con el Flamengo, en la final de la Copa Libertadores 2022 este sábado en Guayaquil, el título que lo consolidó como uno de los grandes técnicos de Brasil pese a no contar con un palmarés avasallador.

De la final del 60 a esta, casi otro deporte

Sobrino de Dudu, uno de los mayores ídolos de la historia del Palmeiras, Dorival también fue futbolista, en equipos como el propio Verdão o el Gremio de Porto Alegre, antes de colgar las botas en 1998, a los 36 años, para dar paso a una carrera como entrenador.

Cumpliendo su 20ª temporada como DT a los 60 años, Dorival Júnior cuenta con un extenso bagaje de equipos dirigidos (20) aunque sin títulos expresivos, destacando apenas dos Copas do Brasil: la que ganó con el Santos de Neymar en 2010 y la conquistada la semana pasada con el Flamengo.

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Ante el Athletico Paranaense de Luiz Felipe Scolari, en suelo ecuatoriano, logró un sitio en el olimpo de los mejores comandantes brasileños de los últimos años.

¿Tercera es la vencida?

La actual es la tercera etapa de Dorival en el Fla, al que ya entrenó entre 2012 y 2013, en 2018 y al que regresó en junio para enderezar, con éxito, el mal inicio de temporada protagonizado por el portugués Paulo Sousa.

Tras iniciarse en los banquillos en el modesto Ferroviaria de Araraquara, su ciudad natal, en 2002, su carrera de orientador fue ascendiendo categóricamente hasta firmar con equipos pesados.

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De los llamados 12 grandes de Brasil ha comandado a nueve: Flamengo, Vasco da Gama y Fluminense en Rio; Sao Paulo, Palmeiras y Santos en Sao Paulo; Internacional en Porto Alegre y Cruzeiro y Atlético Mineiro en Belo Horizonte.

Pero su palmarés se limita principalmente a campeonatos regionales: Catarinense (2004), Pernambucano (2006), Paranaense (2008 y 2020), Paulista (2010 y 2016) y Gaúcho (2012), además de las dos Copas de Brasil, la Serie B de 2009 con Vasco y la Recopa Sudamericana de 2011 con Inter.

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“Guardiola de Brasil”

Defensor del juego ofensivo y de la posesión del balón, su estilo de juego ha ido progresando igual que el nivel de los equipos que entrenó.

Inicialmente, en equipos más modestos, utilizaba un juego directo y rápido de cara a portería, pero su visión cambió por completo en 2015, cuando optó por un período sabático y viajó a Europa para aprender nuevos conceptos y reciclarse, tras una serie de destituciones.

En el Viejo Continente aterrizó en compañía de uno de sus tres hijos, Lucas, quien además es su asistente técnico.

Dorival Júnior vio de cerca los métodos de entrenamiento del Chelsea, Roma, Lazio, Real Madrid, Atlético de Madrid o Bayern Munich.

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En el equipo bávaro pudo ver in situ durante un mes el trabajo de su entrenador de entonces, Pep Guardiola, de quien aprendió las ventajas de la posesión, algo que pasó a inculcar inmediatamente en sus onces.

“Fui a Europa a buscar algunas cosas que estaban sucediendo allá. Intenté adaptarlas a mi trabajo de la mejor forma, dentro de la manera como veo el fútbol (...) intentando buscar una nueva condición en los equipos en los que trabajé. Le di más importancia a la parte táctica, sin olvidarme de la parte técnica, para ayudar a mejorar el fútbol brasileño”, comentó en una entrevista.

Su nueva versión no pasó desapercibida entre sus jugadores.

“Es el Pep Guardiola de Brasil. Se inspira mucho en el Bayern. Hizo un aprendizaje allá y trajo aquí las novedades. Tiene paciencia con los más jóvenes”, afirmó el volante Thiago Maia, actualmente en Flamengo, cuando era jugador del Santos de Dorival.

Sobreviviente de cáncer

La carrera del DT despegó definitivamente cuando regresó de Europa y actualmente la prensa baraja su nombre como uno de los candidatos para reemplazar a Tite como seleccionador brasileño al término del Mundial de Qatar.

Aunque no todo fueron rosas, pues en 2019 le diagnosticaron cáncer de próstata, que venció un año después.

“El cáncer me hizo darle otro valor a la vida”, dijo al portal UOL Esporte en noviembre de 2020. “Dejé de calentarme la cabeza con situaciones que parecen graves, pero que realmente son banales”. (D)