Los clubes brasileños se declararon este martes en luto y “en shock” por la muerte del defensa uruguayo Juan Izquierdo a los 27 años, cinco días después de sufrir una arritmia en la cancha del São Paulo durante un partido de Copa Libertadores.

Flamengo, el equipo más popular de Brasil, lamentó “profundamente” en sus redes sociales la pérdida del jugador de Nacional y expresó sus condolencias a los hinchas, los trabajadores y la plantilla del club de Montevideo, así como a sus amigos y familiares.

“El fútbol está de luto y en ‘shock’ por causa de esta fatalidad”, afirmó el club carioca en sus redes sociales.

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Fluminense, último campeón de la Copa Libertadores, se unió a las condolencias por el fallecimiento de Izquierdo, del que recordó que sufrió un “mal súbito” en el estadio Morumbis el pasado jueves en el partido de vuelta de octavos de Libertadores contra São Paulo.

“En este momento tan triste para toda la comunidad del fútbol sudamericano, les mandamos mucha fuerza a familiares, amigos, colegas y a todos los aficionados de Nacional”, señaló la escuadra de Río.

Por su parte, São Paulo manifestó su “más sentido pésame” en este “momento de dolor”.

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“Un día triste para el fútbol. Descansa en paz, Juan”, escribió el tricolor paulista en su perfil de X.

Palmeiras, último campeón de la Liga brasileña, resaltó igualmente que es “un momento de enorme tristeza para el mundo del fútbol”.

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El Fortaleza, actual líder del Campeonato Brasileño, dijo que “estaba esperanzado y orando por la mejora del deportista que, lamentablemente, no sobrevivió”.

“El fútbol está de luto”, reiteró el Botafogo, propiedad del magnate estadounidense John Textor.

A la corriente de mensajes de solidaridad también se unieron el Santos, de donde salieron Pelé, Neymar y Rodrygo, y que hoy está jugando en segunda división, Internacional de Porto Alegre y el resto de los principales equipos brasileños.

Izquierdo estaba ingresado desde la noche del jueves pasado en el hospital Albert Einstein de São Paulo, donde al llegar tuvo que ser reanimado con un desfibrilador tras entrar en parada cardíaca, lo que le produjo un daño neurológico irreversible.

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Desde entonces, los médicos le mantuvieron sedado y con respiración mecánica en una unidad de cuidados intensivos.

El jugador llegó a esa situación tras sufrir una arritmia cardíaca y desplomarse en los últimos minutos del encuentro que São Paulo y Nacional disputaron por la vuelta de los octavos de final de la Libertadores. (D)