Franz Beckenbauer (1945-2024), el valiente y formidable futbolista al que ni siquiera un hombro dislocado lo pudo sacar de la cancha en el imborrable Partido del Siglo, perdido 4-3 por Alemania frente a Italia, en semifinales del Mundial de México 1970, llevaba años retirado de la actividad pública en Salzburgo (Austria), cerca de su Baviera natal. Su precaria salud había limitado mucho sus apariciones.