Robert Capwell ha muerto. Su deceso se produjo el lunes 15 de julio en Naples, Florida (Estados Unidos). Estuvo en Ecuador en el 2017 como invitado especial de la directiva millonaria que entonces presidía Nassib Neme, para representar a su familia en los actos organizados por la reapertura y remodelación del estadio inmortalizado con el nombre de su padre, George Capwell.

Orgulloso, Robert Capwell le confesó a EL UNIVERSO, en una entrevista el 12 de febrero de hace siete años: “Guayaquil es muy importante para mí. Nací aquí, viví aquí por varios años y fui gerente del Bank of America. Además, mi afición por el Club Sport Emelec es algo que nunca voy a olvidar”.

Robert Capwell (i), Teófilo Fuentes –íntimo amigo del fundador de Emelec–, Dorothy Capwell, George Capwell y Kathleen Capwell de McGuinnes en Guayaquil, a fines de los años 50. Foto: Archivo

Para el hijo menor de Capwell -padre de una pasión futbolística que el Gringo guayaquileño creó en 1929-, esta ciudad tenía una trascendencia especial porque nació en Guayaquil, en 1942, donde “aprendí de pibe a hablar un perfecto español”, le contó a este Diario.

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Fue beisbolista eléctrico

Este martes, a través de sus redes sociales, la entidad del Astillero lamentó el deceso con este mensaje:” El Club Sport Emelec expresa su profundo pesar por el sensible fallecimiento de quien en vida fue el señor Robert Capwell, hijo de nuestro fundador, George Capwell. Quienes conformamos la institución enviamos nuestras condolencias a sus familiares y seres queridos por esta irreparable pérdida. Paz en su tumba”.

Durante su adolescencia en este puerto, Robert Capwell vistió el uniforme del equipo de béisbol de los azules, el deporte preferido de su padre. Lo contó en EL UNIVERSO: “Yo jugué béisbol con Emelec, cuando tenía 15 o 16 años, porque era algo que yo quería hacer. Y no recibí ningún privilegio ni favor por ser el hijo de George Capwell. ‘Tú debes ir al campo y probar lo que puedes hacer’, me decía mi padre”.

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Emelec, en el corazón

¿Es real la anécdota de que para ser socio de Emelec primero había que boxear con George Capwell?, le preguntó este Diario. Según el vástago del patriarca azul, “así era. A mí también me lo hizo cumplir cuando solo tenía 4 años. Tuve que ponerme guantes de 16 onzas para pelear con Roberto Santos, hijo de Aníbal Santos (titular del Club Sport Emelec de 1952 a 1957), quien estuvo en la empresa con mi papá y jugó todos los deportes con él”.

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En el 2017, un sonriente Robert Capwell comentó: A Guayaquil “no venía desde 1991 (en mayo, cuando el estadio emelecista fue rescatado tras décadas de abandono) y veo un cambio tremendo. La ciudad es ahora más moderna, con mucho tráfico, como las grandes urbes. Les recomiendo mantener la pasión deportiva. Si alguien cree poder ser un gran boxeador o nadador de Emelec, inténtenlo. Lo pueden hacer”.

También recordó Robert Capwell, cuando charló con este Diario, un tema relacionado con un sentimiento que él compartiría con su célebre padre, George Capwell: “Emelec era para mi papá algo que llevó, hasta su muerte, siempre en el corazón”. (D)