El Barça no brilló, pero la puesta en escena del primer partido de Xavi Hernández en el banquillo explicó un cambio de forma de hacer y un incremento en el estado de ánimo del equipo azulgrana, que se vio confirmado con el triunfo por 1-0 ante el Espanyol en el Camp Nou con un gol de Memphis Depay de penalti nada más empezar el segundo tiempo.