Zlatan Ibrahimovic atendió a los medios en Suecia en lo que supuso su regreso a la selección. Con 41 años, el delantero del Milan reconoció que ha vivido un auténtico calvario con las lesiones y que por momentos se pregunta qué hace aún yendo con su país para jugar los encuentros de clasificación para la Eurocopa ante Bélgica y Azerbaiyán. 

Si juega en alguno de ellos se convertirá en el futbolista más longevo en actuar con cualquier selección europea.

“Estaba sentado ayer en la cena. Les dije a mis compañeros; ‘Probablemente os estéis preguntando qué estoy haciendo aquí o penséis que soy estúpido, que qué hago aquí con 41 años y jugando en la selección’... Pero luego les dije: “Esperad hasta que estéis cerca del final. Entonces comprenderéis todo lo que estoy haciendo ahora. En estos momentos no quieres parar, quieres continuar”, dijo.

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Sobre su lesión, desveló que lo pasó realmente mal: “El problema fue que el feedback no fue positivo. Intentamos avanzar, pero dábamos dos pasos hacia atrás. Estaba constantemente atrapado en ese lío. Nunca vi ninguna luz que me diera energía, que me diera respuestas de que lo que estaba haciendo era bueno. Pero luego sucedió algo y salí de una habitación oscura y todo se volvió brillante y positivo. Fue duro, pero tuve mucha paciencia. Simplemente avancé”, comentó.

Eso sí, también reconoció que tuvo que pasar por el quirófano más veces de las que se sabían: “La verdad es que tuve tres cirugías, no una. Luego no obtuve las mejoras que quería. Entonces estamos en una situación en la que lamentablemente mi edad jugó en mi contra. Pero fui paciente y escuché. Puse mi destino en las manos de los doctores y los seguí”, finalizó. (D)