El bateador cubano Jorge Soler culminó este martes una jornada histórica en su carrera profesional de Grandes Ligas después de haber sido un pelotero descartado durante el pasado verano a convertirse en el héroe de los Bravos de Atlanta y Jugador Más Valioso (JMV) de la Serie Mundial, que ganaron por 4-2 a los Astros de Houston al mejor de siete.

Tras conectar tres jonrones y remolcar seis carreras durante la Serie Mundial de seis partidos que disputaron, incluido el de este martes en el Minute Maid Park de Houston, que ganaron por blanqueada de 7-0, Soler se unió a su compatriota Liván Hernández (Marlins de 1997) como el segundo jugador cubano que recibe el premio de JMV.

El batazo de oro la noche del martes fue el cuadrangular de tres carreras que le pegó al abridor venezolano, el novato Luis García, en la parte alta de la tercera entrada para el parcial de 3-0, que sería decisivo, además de empatar dos marcas del Clásico de Otoño.

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Ahora, el toletero cubano de Atlanta comparte el liderato de todos los tiempos entre los latinoamericanos de cuadrangulares en una Serie Mundial, tres. Los otros que han disparado tres bambinazos en un Clásico de Otoño son el cubano Randy Arozarena (2020, Rays), el dominicano Juan José Soto (2019, Nacionales), el venezolano Pablo Sandoval (2012, Gigantes), el quisqueyano Albert Pujols (2011, Cardenales) y el cubano Atanasio “Tany” Pérez (1975, Rojos).

Además, Soler también comparte el récord de más jonrones en una serie de postemporada en la franquicia de los Bravos. Dieron tres él, el puertorriqueño Eddie Rosario (SCLN, 2021), Ryan Klesko (SM, 1995), Marquis Grissom (SDLN, 1995), Lonnie Smith (SM, 1991) y Hank Aaron (SCLN, 1969, SM, 1957).

Cada uno de los tres vuelacercas de Soler en esta Serie Mundial le han dado la ventaja en el partido a Atlanta.

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Los únicos otros bateadores en la historia del Clásico de Otoño que han conectado tres cuadrangulares para darle la ventaja a sus equipos son Babe Ruth (1926, Yanquis), Lou Gehrig (1928, Yanquis), Gene Tenace (1972, Atléticos), Curtis Granderson (2015, Mets) y George Springer (2017, Astros).

Tres meses antes de pegar el cuadrangular contra García, Soler era un bateador de .192 en un equipo que ocupaba el cuarto lugar de su división en la Liga Americana, los Reales de Kansas City.

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También, apenas hace dos semanas, fue sacado del equipo al dar positivo por la COVID-19 cuando mejor estaba jugando y de titular en la novena de los Bravos.

Ahora es una estrella de la Serie Mundial, acabando con los Astros por el primer título de la Serie Mundial de los Bravos desde 1995.

Soler guardó lo mejor para el final. Con el marcador 0-0 en la tercera entrada el martes por la noche, Atlanta puso dos con dos outs ante García. Soler trabajó la cuenta al máximo hasta recibir el lanzamiento que puso la pelota fuera del parque.

Los tres jonrones de Soler en la Serie Mundial le permitió empatar la marca del equipo que compartían Hank Aaron en 1957, Lonnie Smith en 1991 y Ryan Klesko en 1995.

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Después de desertar de Cuba en 2011, Soler acordó un contrato de nueve años y 30 millones con los Cachorros. Estuvo solo 2 de 5 con una base por bolas en la Serie 2016, que ganó el equipo de Chicago de la Liga Nacional, pero fue traspasado a Kansas City en septiembre por el relevista Wade Davis.

Soler lideró a los bateadores de la Liga Americana con 48 jonrones en 2019, y también con 178 ponches. Con Atlanta buscando reemplazos para su agotado jardín, los Reales fuera de la contienda cambiaron al jugador de 29 años el 30 de julio por el derecho de ligas menores Kaley Kalich.

Soler revivió con los Bravos, bateando .269 con 14 jonrones y 33 carreras impulsadas. No condujo ninguna carrera en los playoffs de la Liga Nacional, y se perdió cinco partidos debido a una prueba COVID-19 positiva.

Un jugador secundario durante la aplastante victoria de los Cachorros sobre Cleveland hace cinco años, Soler ganó este martes con todo merecimiento el premio de JMV de la Serie Mundial que se va a las vitrinas de los Bravos gracias a su aportación excepcional.

Los números cuentan solo una parte de la historia: bateó .300 con tres jonrones y seis carreras impulsadas.

Pero cada jonrón fue un momento en el tiempo, un trío de ida y vuelta que se repetirá una y otra vez cuando se presente a Soler por el resto de su vida.

Soler comenzó la 117ª Serie Mundial con algo que no había ocurrido en los primeros 678 juegos del campeonato de béisbol: un jonrón del primer bateador. Después de recibir dos lanzamientos de abridor dominicano Framber Valdez, encendió su bate y los Bravos comenzaron a dominar la serie.

Luego, después de que el campocorto Dansby Swanson conectó un jonrón para empatar en la séptima entrada el sábado en Atlanta, Soler bateó como emergente contra el dominicano Cristian Javier y consiguió suficiente control deslizante.

La pelota pasó por encima del guante del jardinero cubano Yordan Álvarez, que atacaba cuando se estrelló contra la cerca de dos metros del jardín izquierdo de Truist Park y aterrizó en el bullpen del equipo de Houston para un 3-2 que se mantuvo firme, dándole a los Bravos la ventaja de 3-1.

Los Astros reaccionaron en el quinto y volvieron al Minute Maid con la esperanza de salvar la serie y forzar el Séptimo, pero Soler no tenía esos planes sino los de ser JMV y campeón del Clásico de Otoño, el segundo que consigue como profesional. (D)