Imane Khelif, boxeadora argelina de 25 años, compite en la categoría de hasta 66 kilos en los Juegos Olímpicos de 2024. Después de no obtener grandes éxitos en los Mundiales de 2018 y 2019, y de quedar a una victoria de la medalla en Tokio 2020, Khelif subió a la división de peso superligero.

En 2022, ganó la medalla de oro en los Juegos del Mediterráneo y el Campeonato de África, y se consagró subcampeona mundial amateur, publica Sporting News.

Sin embargo, en el Mundial 2023 en India, Khelif enfrentó una controversia. Tras ganar sus primeros cuatro combates en peso wélter, fue descalificada por la IBA el día de la final. Un test hormonal reveló niveles de testosterona significativamente altos para una mujer, excluyéndola por no cumplir con los criterios de elegibilidad de la IBA. La misma suerte corrió la exbicampeona mundial Lin Yu-ting, de Taiwán, quien había ganado la medalla de bronce.

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Khelif alegó una conspiración en su contra. “Frecuentemente sufrí bullying por mi apariencia, y resistí y continué a pesar de todo. Hoy esos argumentos tuvieron éxito y estoy en shock. Participé en muchos torneos y no hubo problemas, pero cuando mis chances de ganar la medalla de oro fueron grandes, llegaron y lo evitaron, justificándose con que mis números son más altos que los del resto de las mujeres”, expresó Khelif. “Han conspirado contra Argelia para que su bandera no esté en lo más alto y que no ganemos la medalla de oro”.

Umar Kremlev, presidente de la IBA, declaró a la agencia rusa Tass que los tests de ADN de Khelif y Lin mostraron cromosomas XY, correspondientes al género masculino, justificando así su exclusión.

Pese a esto, el COI, encargado del boxeo en los Juegos Olímpicos, permitió a Khelif y Lin participar en el proceso clasificatorio para París 2024, donde lograron clasificarse.

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La polémica continuó cuando Khelif fue señalada como “atleta trans” en redes sociales y medios de comunicación. Personalidades del boxeo, como el irlandés Barry McGuigan, criticaron su participación: “Es patético, los hombres se transformarán en mujeres para tener ventaja en el deporte. ¿Qué hacen las autoridades al respecto? En el boxeo o en cualquier otro tipo de deporte de combate, es criminal”.

El Comité Olímpico Argelino denunció enérgicamente los ataques contra Khelif, calificándolos de intentos de difamación basados en mentiras y afirmando que cumplía todas las normas de elegibilidad para competir en categorías femeninas. Argelia, un país conservador donde no se permiten las cirugías de cambio de sexo y con alta discriminación contra la comunidad LGBT+, se mostró solidaria con su atleta.

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Mark Adams, portavoz del COI, reafirmó que “todas las boxeadoras que compiten en categoría femenina cumplen los criterios de elegibilidad”. Además, explicó que el sistema para determinar la elegibilidad en los deportes femeninos es “increíblemente complejo”, y que las federaciones deben garantizar la equidad y la participación de todos los atletas.

Angela Carini asistida por el personal médico en el ring. Foto: EFE

Lío en París 2024

En una jornada marcada por la controversia, Khelif debutó este jueves 1 de agosto en los Juegos Olímpicos 2024 con una sorprendente victoria en menos de un minuto contra la italiana Angela Carini, subcampeona mundial en 2019.

El combate, que terminó a los 46 segundos, se detuvo cuando Carini decidió abandonar tras recibir un par de golpes. “Nunca había sido golpeada tan fuerte”, declaró Carini después del enfrentamiento.

La ministra italiana de la familia, Eugenia Roccella, expresó su preocupación antes de la pelea, señalando la falta de criterios claros y uniformes a nivel internacional. Roccella cuestionó la equidad del combate, insinuando que podría haber sido injusto y potencialmente peligroso para uno de los contendientes en un evento que debería simbolizar la equidad deportiva.

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La polémica se enmarca en un contexto de cambios en las normas deportivas. Estudios científicos indican que el poder de un golpe de alguien que ha pasado por la pubertad masculina es un 162% mayor que el de una mujer, lo que plantea serios desafíos en los deportes de combate respecto a la inclusión de atletas transgénero o con alteraciones de testosterona.

Desde los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, varias organizaciones deportivas, como la Asociación Mundial de Deportes Acuáticos, la Asociación Mundial de Atletismo y la Unión Ciclista Internacional, han revisado sus normativas de género, prohibiendo la participación de atletas que hayan pasado por la pubertad masculina en categorías femeninas.

El atletismo ha endurecido también las reglas para atletas con diferencias en el desarrollo sexual. Caster Semenya, bicampeona olímpica de 800 metros, ha sido una de las afectadas, ya que desde 2018 no puede competir en distancias entre 400 metros y una milla a menos que mantenga niveles bajos de testosterona mediante medicación. Su caso sigue en estudio ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, donde continúa su lucha contra las restricciones impuestas por World Athletics.

La victoria de Khelif y el abandono de Carini han reavivado el debate sobre la equidad y la seguridad en el deporte, especialmente en los Juegos Olímpicos, donde la inclusión y la justicia deberían ser los pilares fundamentales. (D)