Nada más culminar su remontada, Olga Kharlan levantó su mano, señalando que era su quinta medalla olímpica, se fue al suelo y se puso a llorar. Primera alegría de Ucrania en París. Bronce. Uno de los momentos de los Juegos.

“Esto es muy especial para mí, es infinitamente especial. Esto es para los deportistas de mi país que no han podido estar aquí porque Rusia los asesinó. Y también para todos los deportistas que están aquí representando a Ucrania. No saben lo difícil que es prepararse y concentrarse en la competición cuando estás en casa, bajo ataques, todos los días”, fueron las primeras palabras de Kharlan para los medios presentes, después de superar a la coreana Choi Se-bin por 15-14 en una remontada épica, en la que fue perdiendo por seis tocados de diferencia dos veces (10-4 y 11-6).

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Desde que empezara el conflicto con Rusia, Kharlan ha sido uno de los grandes altavoces de Ucrania para trasladar al mundo la realidad de su país. En los Mundiales del año pasado, la sablista fue expulsada del certamen por negarle el saludo a una tiradora rusa.

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En ese momento, dejó de creer “en un mundo mejor”. Luego, sin embargo, la sablista ucraniana recibió una carta del presidente del COI, Thomas Bach, asegurándole su participación en París 2024 pasara lo que pasara (Kharlan, pese a tener la wild-card, se clasificó igualmente por méritos deportivos). En un Grand Palais entregado, que siempre estuvo de su lado menos en semifinales, cuando se enfrentó a una local, Bach estuvo presente y fue uno de los primeros en abrazar a Kharlan, que rápidamente pidió una de las múltiples banderas ucranianas que había en las gradas para celebrar.

¿Es la medalla más importante de su carrera?”, se le preguntó a Kharlan, que además de los cinco metales olímpicos tiene 15 preseas en Mundiales. “Es totalmente diferente. Es especial porque es para mi país. Para mi familia, para todos los deportistas que van a la guerra, para los ucranianos que están en primera línea de fuego, para mis chicas, que son increíbles”, respondió Olga, cuyo equipo se clasificó en marzo, mientras Odesa, cerca de donde vive su familia, era bombardeada.

“Este es un mensaje para toda Ucrania, para todo el mundo. Soy ucraniana, mi sangre es ucraniana, y quiero decir que los ucranianos nunca nos rendimos. No nos rendiremos”, lanzó al mundo con el conflicto aún activo. Dos años después de que estallara, según cifras del Ministerio de Deporte ucraniano, ya son 400 los deportistas del país que han muerto.

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Hora de volver a casa

Actualmente, Kharlan entrena y vive en Italia, donde ya se instaló antes de la guerra. A raíz del conflicto, sin embargo, la ucraniana ha vuelto en pocas ocasiones a su país. “En total, habré ido unas cinco veces por tiempo de una semana”, reveló antes de ir a recoger su bronce, con toda su familia presente, algo que le alivia.

“Mi madre, mi hermana, mi abuelo... todos estaban aquí y es increíble. Cuando vienen a verme, siento que están a salvo”, dijo una Olga que, tras una carrera de leyenda, tiene el futuro en el aire.

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No sé si serán mis últimos Juegos, pero creo que pararé un tiempo después de París. Serán los quintos y quiero envejecer, formar una familia y tener también una vida diferente. Además, quiero tener más tiempo para estar en casa, tenemos trabajo por hacer”, dijo. Lo hará con una nueva medalla en su histórico palmarés. (D)