El rey del ciclismo no para. Todo el mundo quiere un pedacito del campeón, del mejor ciclista del mundo, de un Tadej Pogacar cuya agenda está repleta de compromisos desde que se proclamase ganador del Tour de Francia por tercera vez en su carrera. Y es que apenas 24 horas después de subirse a lo más alto del podio de Niza, el esloveno tomó un avión con destino a Países Bajos, con motivo del critérium Tour of Surhuisterveen en el que participó el pasado martes junto a otros corredores de la Grande Boucle, incluido su amigo y compañero de profesión, Jasper Philipsen.