Unos globos que al ser soltados se llevaron los mensajes de amor, las experiencias vividas, los sueños, las metas y el dolor de la pérdida de un ser querido fue la manera con la que decenas de familiares, amigos y compañeros del periodista Paúl Martillo le dijeron adiós. El estadio que él tanto amó (el George Capwell) sirvió de testigo para un programa en su honor.