“El infierno ha sucedido y puede volver a suceder”. De esta frase partió la filósofa de origen judío Hannah Arendt cuando decidió desarrollar un estudio sobre el juicio que se realizó en 1961 en Jerusalén a Adolf Eichmann, quien era uno de los burócratas que daban la orden de enviar al pueblo judío a los campos de concentración de Auschwitz.