Una película puede llenar cines, acumular millones en taquilla, marcar generaciones, etcétera. Pero para que una cinta se convierta en todo un clásico, de esas que pese a los años no pasan de moda, tienen que ser perfectas, o casi. Y para lograrlo la historia, además de ser buena, tendrá que estar en sincronía con un elemento: su banda sonora.