Héctor Napolitano primero fue guitarrista, antes que cantante; Diego Gallardo (Aire del Golfo) se vinculó a la música en el 2007; Patricia González inició su carrera oficialmente en 1970; y Danilo Rosero estuvo en un conservatorio desde los siete años, tiene casi 18 de trayectoria. Cada uno de ellos se formó a su manera para llegar a un solo camino, ser una de las voces destacadas en sus géneros.

González, Gallardo y Napolitano optaron por emprender en el campo musical de forma autodidacta o de forma empírica, pero son conscientes de la importancia de la formación e incluso recomiendan educarse musicalmente, una alternativa por la que optó Rosero, y en la que concuerdan varios expertos consultados.

Napolitano, quien tiene 53 años de trayectoria, expone dos consideraciones, la primera que un cantante es aquel que cultiva el instrumento de la voz, el más difícil de interpretar. Y la segunda, los cantautores. “Que no somos buenos cantantes, somos buenos autores de música, dígase Armando Manzanero, Héctor Napolitano, que no cantamos bien, pero que entre la letra, la música y la voz hacemos un conjunto (...)”, afirma.

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Gallardo cuenta que es el 98% empírico, recibió un “par de clases” cuanto tenía 10 años, actualmente tiene 26.

“Yo soy una persona que me he hecho absolutamente sola, en mi época en la que salí, no había tanta televisión ni tanta radio. Grabé mi primer disco en Colombia por mis amistades, entré internacionalmente a nuestro Ecuador (...)”, dice Patricia González. Agrega que su amor por la música nació desde niña, aunque ella descubrió el canto a los 17-18 años, a los 27, en 1970, se se dedicó a esta profesión. Ahora lleva 48 de carrera.

Rosero, quien presentará una nueva producción discográfica, señala que a los siete comenzó en el conservatorio y a los 14 vio la necesidad de clases particulares, en las cuales le enseñaron dicción, vocalización y respiración. Según el artista “es la parte esencial para empezar a cantar”. A los 22 se fue a Estados Unidos, país en donde su preparación comenzó más a fondo en el ámbito vocal con talleres y cursos especializados en técnicas vocales.

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La música tiene estructura y reglas a seguir que hacen de una canción, un sonido agradable al oído. “La voz es un instrumento más que debe de trabajarse. El cantante debe también ser versátil y poder cantar varios géneros musicales, eso se logra con la guía de profesionales bien capacitados”, explica Miguel Jara, de la Escuela de Música Arte & Armonía, fundada por Ana Palacios.

Un criterio similar tienen Jorge Luis Bohórquez, de Borkis Music Entertainment; Máximo Gorki, director y fundador de Paradox, escuela de imagen y sonido; y Yanina Murga, vocal coach. “No solo la formación vocal, sino también la emocional, la psicológica. Además, la formación en virtudes como la disciplina, la perseverancia, la honestidad, trabajo en equipo y el liderazgo (...)”, comenta Bohórquez.

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Gorki, por su parte, resalta que un cantante es un músico, es decir igual al que toca bajo, piano y reitera que la voz es un instrumento musical. “Entre más conocimientos tenga un músico, más recursos tiene para crear, improvisar, mejorar su técnica en cuanto a la ejecución, el estudio musical conlleva muchas cosas (...)”, dice.

La formación de cantante es “fundamental”, indica Murga, quien afirma que la cantante Mirella Cesa es uno de sus logros internacionales como maestra. Agrega que es importante que exista un entrenamiento adecuado, ya que debido al trabajo que realizan, “no podrían rendir.

¿Hay en Guayaquil los espacios suficientes para la formación de un cantante? González, Gallardo, Rosero, Gorki y Bohórquez indican que sí hay, y lo sustentan al señalar que hay facultades de música, entre otras instituciones. “Hay muchos que se enfocan a la música clásica; sin embargo, nosotros nos hemos especializado en la formación musical bajo el concepto de la industria musical actual, que es lo que hacemos todos los días en el sello disquera”, dice Bohórquez.

Jara señala lo contrario: “Definitivamente nos faltan más lugares donde se pueda aprender formalmente”. Una opinión compartida con Murga. Ella cree que se han proliferado en la actualidad “muchos que se hacen llamar maestros de canto o porque ya aprendieron a cantar, creen que por eso saben enseñar”, y lo que carece en el país es la ética profesional, falta un control a quien da clases.

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Indica que en su caso para enseñar a cantar tuvo primero una preparación como cantante y luego una formación como maestra de canto y eso le ha permitido garantizar un resultado en cualquier persona, aún en aquellas que “nunca en su vida han cantado o han presentado problemas de afinación (...)”. Señala que faltan lugares que enseñen, principalmente en el canto popular.

Jara también cree que hacen falta más espacios “para presentar a nuestros talentos y poder promoverlos”. Murga, quien se inició como maestra de canto lírico hace 21 años y de canto popular hace 18, dice lo contrario, que sí hay espacios para presentar el proyecto.

Bohórquez, por su parte, considera que falta inversión y equipos de trabajo profesionales, promotores profesionales, hasta directores de video o community managers especializados en el tema musical, con este último concuerda Murga, quien también agrega que el artista constantemente debe innovarse.

Aire del Golfo se presentará esta noche, a partir de las 20:00, en la Casa Marín, en el barrio Las Peñas. Mauricio Ayora, es el artista invitado a este espectáculo. La entrada es libre. (I)

Cuando se quiere ser bueno hay que hacer un sacrificio y la disciplina puede ser por autodisciplina, que es lo que yo hice, amor y pasión, y lo otro es buscar ayuda (...) si quieren ser buenos tienen que educarse (..)”.Héctor Napolitano, cantautor