Escribir siempre representa un reto, y lo es más cuando se trata de guiones, porque el dramaturgo debe emocionar a la audiencia con sus creaciones. Imagínese el esfuerzo que conlleva desarrollar un texto para alguna obra teatral, serie de televisión o película; ahora imagínese querer llevar esa misma emoción a una pieza que dura poco menos de 20 minutos.