1984 es una novela difícil de leer. Normalmente cuando leemos nos transportamos temporalmente al mundo creado por la novela y vemos los hechos desde los ojos de los personajes, en algunos casos o del narrador, en otros. Entonces imaginen transportarse a un lugar donde cada uno de tus movimientos y pensamientos es registrado, revisado y evaluado. Un espacio donde no hay lugar para la disidencia. Ni siquiera en el silencio de tu propia mente: eso es 1984, y así lo analiza María Emilia García, máster en Bellas Artes en Cine Emprendedor Digital y directora de la carrera de Cine de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil.