Tomó el violín y su arco, adoptó la posición para tocar y enseguida se escucharon las melodías. Fue ese tal vez el momento más emocionante de la noche: Ecuador Pillajo, violinista principal de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil, hizo una exquisita interpretación de la banda sonora de la famosa película La lista de Schindler, del estadounidense Steven Spielberg.

Este tema, compuesto en los años 90 por el compositor estadounidense John Williams (1932), fue el tema principal del repertorio que se escuchó el pasado miércoles en la sala principal del Teatro Centro Cívico Eloy Alfaro. Músicos y público se dieron cita para un concierto muy especial: uno en el que se recordaba la memoria de las víctimas del Holocausto. Por este álbum, Williams ganó el Óscar a mejor banda sonora, el Bafta por mejor música de cine y el Grammy por mejor música banda sonora.

Como dijo el director artístico de la orquesta, Dante Santiago Anzolini, antes de iniciar el recital, quienes confluyeron esa noche fueron testigos del sentir judío que –a través de diversos compositores– se transformó en música.

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Es así que a partir de las 19:55, pese a que el espectáculo estaba previsto para las 19:30, el público pudo disfrutar de un par de creaciones de Gustav Mahler (1860-1911). En sus sinfonías No. 1 Titán y No. 2 La Resurrección quiso retratar –de manera a veces irónica– todo el horror de millones de judíos durante el régimen nazi.

El Concierto Grasso Nro. 1, de Ernest Bloch (1880-1959) también fue parte de este concierto denominado La liberación de Auschwitz, ya que buscaba hacer hincapié en los 75 años de la liberación del campo de concentración nazi de Auschwitz, “uno de los monumentos más grandes de la crueldad humana”, como lo dijo Anzolini.

El espectáculo, que lamentablemente no convocó la misma afluencia de público como en otros conciertos de la Sinfónica -pese a que tuvo un excelente nivel- concluyó con 2 piezas del repertorio popular de Leone Sinigaglia (1868-1944), que según palabras de Anzolini logró captar los sonidos de la victoria ante la crueldad: una victoria que se debe mantener presente “para que no se repita”. (I)