“(...)Bendito sea el hombre que respete estas piedras y maldito el que remueva mis huesos”, son los versos que dictó el propio William Shakespeare para su epitafio que se halla en su lápida hace más de 400 años. Sin embargo, un grupo de actores del Estudio Paulsen, en Guayaquil, decidió –de manera metafórica– ‘exhumar’ algunos de sus textos más representativos para llevarlos a escena en la obra de teatro Han desenterrado a Shakespeare, bajo la dirección de Raúl Sánchez McMillan.