Ella, hija de un boticario de Sucre, y él, hijo de un telegrafista de Aracataca. Los colombianos Mercedes Barcha Pardo y Gabriel García Márquez compartieron 56 años de casados y toda una vida de amor incondicional. Ayer se conoció del deceso de la mujer que fue un determinante en la carrera del nobel de literatura, quien en algunos de sus libros recoge su propia historia. El amor en los tiempos del cólera, Cien años de soledad en la autobiografía Vivir para contarla son unos de ellos.

“Por aquellos días de buena fortuna me encontré por casualidad con Mercedes Barcha (...) a la que le había propuesto matrimonio desde sus trece años (...). Siempre fue divertida y amable conmigo, pero tenía un talento de ilusionista para escabullirse de preguntas y respuestas y no dejarse concretar sobre nada”, cuenta en su autobiografía, refiriéndose a los inicios de su amor que se concretó luego de que él regresó de París para casarse con su amada.

"Un día, de buenas a primeras, él me dijo: "Tienes que casarte conmigo". Yo creí que la cosa era un poco más romántica y me sorprendió un poco este tratamiento imperativo, pero, en fin, un poco asustada, acepté", contó Barcha en 1982 a un medio de su país.

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Estuvieron juntos hasta la muerte de Gabo, el 17 de abril de 2014. La 'cocodrilo sagrado', como solía apodarla, falleció a los 87 años, en la Ciudad de México. Sus restos serán trasladados a Cartagena para que reposen junto a los de su marido, en el Claustro de La Merced. Así lo confirmaron medios de comunicación de Colombia.

‘Cien años de soledad’, más de cien muestras de amor

“Sin Mercedes no habría llegado a escribir Cien años de soledad, ella se hizo cargo de la situación, yo había comprado meses atrás un automóvil, lo empeñé y le di a ella la plata calculando que nos alcanzaría para vivir unos seis meses, pero yo duré un año y medio escribiendo el libro. Cuando el dinero se acabó no me dijo nada. Logró –no sé cómo– que el carnicero le fiara la carne, el panadero el pan y que el dueño del apartamento nos esperara nueve meses el alquiler. Se ocupó de todo sin que yo lo supiera, inclusive de traerme quinientas hojas de papel. Fue ella la que, una vez terminado el libro, puso el manuscrito en el correo para enviárselo a la Editorial Sudamericana”, cita del libro El olor de la guayaba la periodista y escritora Clara Medina, al referirse de la influencia que tuvo Mercedes en la vida del nobel de literatura (1982).

Sin Mercedes no habría llegado a escribir Cien años de soledad, ella se hizo cargo de la situación", Gabriel García Márquez

“Gabriel García Márquez no podría haberse dedicado a escribir despreocupadamente la obra si no hubiera tenido a Mercedes Barcha como esposa, porque mientras él se encerraba a escribir quien sostenía la casa, quien se preocupaba que todo siguiera en orden con los niños, con la casa era Mercedes", señala explica que esto deja al descubierto la diferencia entre un hombre escritor y una mujer escritora, ya que las féminas -en la figura patriarcal en la que se vive-tienen que sortear su tiempo entre la escritura, la casa y la familia.

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"En Cien años de Soledad las mujeres son las que ponen orden, son estas mujeres las que ordenan lo que los hombres desordenan, allí podría estar la encarnación de Mercedes", agrega Medina y cita que Barcha era de esas mujeres "que sostuvieron la pasión de sus maridos en el sentido que ellas lo asumieron todo para que ellos pudieran hacer su carrera". En este contexto, menciona a Patricia de Llosa, como otro ejemplo.

Para la crítica literaria Cecilia Ansaldo, los diferentes homenajes que García Márquez hizo en vida a su esposa (dedicarle libros, referirse a ella en entrevistas, mostrarla a su lado en toda clase de actos públicos) no superan el hecho de haberla incluido en algunas referencias en Cien años de soledad.

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"Estoy segura de que muchos matices de ese formidable personaje que es Fermina Daza, de El amor en los tiempos del cólera, provienen de ella. Pero estamos frente a un rol tradicional: la de esposa y madre, que en casos de serlo de un escritor suele ser más exigente, por el carácter absorbente de la labor de escribir", señala Ansaldo.

Barcha demostró no incomodarle que se la relacionara constantemente con su marido, e incluso muchos la llamaba 'la Gaba'. Una entrevista concedida en 1982 a la revista Semana, de Colombia, lo refleja: "Todos la conocen como Mercedes, la mujer de Gabo. ¿Pero quién es verdaderamente Mercedes Barcha?", preguntó el o la entrevistador (a).

A lo que la 'cocodrilo sagrado', respondió con gracia y seguridad: "Yo, Mercedes Barcha, la mujer de Gabo". (I)