Aún los cinéfilos no se convencen de asistir masivamente a las salas para ver algún estreno a causa del COVID-19. Pero lo que sí pueden es hacer lo que está haciendo la mayoría a nivel mundial, recurrir a las plataformas de streaming y Netflix sigue ampliando su marquesina y así suplir la ausencia de superproducciones en cines, más aún si ya empezó la temporada de premios. Uno de los estrenos que está dando qué hablar es El diablo a todas horas (The Devil All the Time), un drama protagonizado por un elenco encabezado por Tom Holland en un papel que lo aleja de Spider-Man.

Robert Pattinson es Preston Teagardin.

Dirigida por el estadounidense Antonio Campos, la ajetreada y extensa película se centra en el manifiestamente desafortunado adulto Arvin (Tom Holland). La historia es dura con altas dosis de miseria y pesimismo. Pocos recomendarían este filme en este momento, pero se trata de una producción que presenta caras muy conocidas, entre ellos Robert Pattinson, Sebastian Stan (Bucky, el de Los Vengadores), Bill Skarsgård (Pennywise de It 1 y 2), logrando destacarse en la marejada de contenidos de Netflix.

Sebastian Stan en su papel del comisario corrupto.

Producida, entre otros, por el actor Jake Gyllenhaal, El diablo a todas horas ha sido adaptada a partir de la novela de Donald Ray Pollock, un drama gótico sureño que abarca más de dos décadas en una desesperanzadora historia de vidas cruzadas, coincidencias y personas marcadas por el dolor, la muerte y la religión, cuyos protagonistas cuentan sus historias en el Ohio de los años 40. Willard (Skarsgård) vuelve a casa después de luchar en la Segunda Guerra Mundial y forma una familia, pero el trauma vivido en el campo de batalla lo ha dejado psicológicamente afectado. Aferrado fuertemente a la fe, Willard empieza a desarrollar una devoción exacerbada que le lleva a educar e imprimir la fe en su hijo, Arvin, a base de miedo, sangre y violencia. Tras vivir una infancia horrible, Arvin se convierte en un joven reservado y solitario que trata de ser honrado, pero esconde impulsos violentos heredados de su padre. Su vida se entrelazará con la de otras almas perdidas, como un predicador (Pattinson) con un desagradable secreto, una pareja de asesinos en serie (Jason Clarke y Riley Keough) y el comisario corrupto Lee (Sebastian Stan), mientras intenta hacer lo correcto y proteger a su hermanastra de la malicia, la perversidad y el sufrimiento que los rodea.

Publicidad

Antonio Campos, cineasta.

Este filme es para Tom Holland uno de sus mayores retos, porque Arvin marca la madurez actoral del artista. Para su preparación, el actor trabajó con un coach de voz para esconder su acento, inspirándose en los locutores de los sesenta para trabajar un tono lento y con registro bajo. “Lo que me atrajo a este papel fue que podría exigirme a mí mismo como nunca lo había hecho”, dijo Holland.

Robert Pattinson ha mostrado interés en trabajar con Antonio Campos. “Leí el libro y luego el borrador del guion. Han hecho un gran trabajo adaptando una novela tan rica, oscura y complicada para llevarla a la pantalla, uniendo las diferentes viñetas y condensando una historia que abarca décadas”, dijo para Netflix.

Bill Skarsgård (izquierda) en 'El diablo a todas horas'.

En El diablo a todas horas querían rostros del universo Marvel, puesto que, junto a Holland, casi llevan a Chris Evans a participar en la cinta en el papel del comisario Lee, pero su agenda no lo permitió y recomendó a Sebastian Stan.

Publicidad

Tom Holland.

Como datos adicionales, el pueblo de la historia es real. Es Knockemstiff (Ohio) lugar de nacimiento del escritor del libro en que se basa la trama. La participación de Donald Ray Pollock en la cinta es relevante, puesto que su voz (versión original) es la que se escucha en la narración central del filme. Además, el libro forma parte del género gótico, que explora las partes ocultas del ser humano y la sociedad, que hace referencias a otras obras de horror clásicas.