¿Cuántos hijos tiene Miguel Bosé?

Esta pregunta es la que se plantea en los tribunales de España por el caso que enfrenta al famoso cantante español y a su expareja, el escultor Ignacio Palau, y que refleja los dilemas que generan los nuevos tipos de familia y qué hacer con los hijos cuando se produce una separación.

La justicia española, de acuerdo a la legislación local, decidió en primera instancia que los cuatro niños no son legalmente hermanos, por lo que no obligó a que vuelvan a estar juntos ni a que un juez decida la custodia tras la separación de los adultos.

Pero antes de llegar a la novedad que supone la disputa judicial, vayamos al origen.

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Una pareja, dos vientres de alquiler, cuatro hijos

Bosé y Palau convivieron más 20 años, parte de ese tiempo con cuatro hijos nacidos en Estados Unidos en 2011 por gestación subrogada, conocida comúnmente como "vientre de alquiler".

Con la "subrogación" o "sustitución", una mujer queda embarazada con la intención de entregarle el bebé a otra persona después del parto.

Ese contrato con el "vientre de alquiler" es una práctica prohibida en muchos países, también en España. Por eso parejas heterosexuales que no pueden tener hijos y parejas de hombres viajan a otros lugares en los que sí es válido. En el caso de Bosé y Palau, a Estados Unidos.

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Cada uno de ellos siguió un proceso individual de gestación con mujeres distintas por los que nacieron sendas parejas de mellizos con meses de diferencia.

Los dos mayores son hijos biológicos del famoso cantante y ahora viven con él en México, mientras que los otros dos son de Palau y están con él en España.

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Nacho Palau (izquierda) y Miguel Bosé mantuvieron con mucha discreción su relación durante años.

Las resoluciones judiciales que se emitieron en Estados Unidos antes del viaje de los recién nacidos a Europa establecían que Bosé y Palau eran padres de dos mellizos de forma separada.

Eso llevó al registro de los niños en España con sus respectivos padres biológicos.

Palau, después de la separación de Bosé en 2016, inició un proceso para que la justicia considere que los cuatro niños son legalmente hermanos y que los padres de los cuatro son tanto uno como otro. A lo que el cantante se opone.

De esta forma, ambos adultos compartirían la crianza y los niños podrían seguir conviviendo como lo hicieron durante siete años.

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Es decir, busca que los dos hijos de Bosé sean de Palau, y que los de Palau lo sean también de Bosé. Y que a partir de ahí, dada la separación, se decidiera la guarda para uno o para otro o compartida, según estableciera un juez.

Pero la ley, de momento, da la razón a Bosé ya que no se ha respaldado de momento la filiación, que se concede por lazos sanguíneos o biológicos, o por adopción.

"Tal vez, si era la doble paternidad lo que se buscaba, hubiera sido preferible haber acudido en su momento a la adopción por cada uno de los hijos del otro", apunta Francisco Javier Jiménez Muñoz, experto en derecho de familia.

Miguel Bosé con sus dos hijos en un acto en California en 2019.

"Propósito compartido"

La sentencia, publicada por los abogados de Palau, sin embargo, considera "probado el propósito compartido" de la pareja "de tener hijos para fundar una única familia en la que los hijos serían hermanos y ambos serían padre".

Y reconoce la relación afectiva, por lo que hay un régimen de visitas y un contacto de los pequeños con el otro adulto y de los niños entre sí.

El escrito de la sentencia dice, sin embargo, que el actual sistema jurídico español "no permite efectuar formalmente la declaración de filiación solicitada".

La expareja de Bosé ya anunció que recurrirá, pero de momento los dos pares de mellizos seguirán separados: unos en México y otros en España.

"Son hijos y hermanos de hecho, pero la sentencia dice que de derecho no se les puede poner el nombre de hermanos", explica a BBC Mundo José Gabriel Ortolá, abogado de Palau.

"La sentencia declara como hecho probado que ellos quisieron tener una familia y los hijos en común como hermanos con dos padres", subraya el abogado, que es optimista ante el futuro del caso.

"Creemos que hay encaje jurídico y que estos encajes jurídicos los hacen los tribunales superiores", afirma.

"Unidad familiar novedosa"

El caso sigue entonces abierto y más allá de la fama de Bosé genera interés porque pone de manifiesto desafíos legales de la polémica gestación subrogada y de los nuevos tipos de familia que han aparecido en los últimos años y porque cuestiona la filiación de hasta cuatro niños.

Miguel Bosé e Ignacio Palau en una imagen de 2009.

"Es un concepto de familia nuevo", explica a BBC Mundo Deborah Olavarría, socia directora del despacho de abogados Olavarría Asociados y experta en derecho de familia.

"No son dos padres con cuatro hijos con los mismos apellidos, sino que en una misma unidad familiar conviven dos unidades familiares diferenciadas", dice sobre el caso.

La experta habla de "hermanos de convivencia", pero no son hermanos biológicos ni comparten apellidos, por lo que Olavarría comparte "clara" la decisión legal del asunto en primera instancia.

La experta opina que si instancias jurídicas superiores admitieran la filiación, "sería una pequeña gran revolución jurídica".

"Que compartan apellido y sean hermanos legales tendría una trascendencia legal y económica brutal", apunta.

Pese a las simpatías sociales en la opinión pública que ha despertado en España el intento de Palau, José Luis Cembrano, presidente de la Asociación Española de Abogados de Familia, coincide con Olavarría en que la ley es clara.

Miguel Bosé vive con sus dos hijos en México, mientras su expareja reside en España.

"Es un concepto de familia muy complicado desde el derecho civil. La situación de afecto no vence a los modos de establecer filiación desde el punto de vista jurídico (adopción o de carácter biológico)", explica a BBC Mundo.

"La filiación es una cuestión de estado civil y estas son cuestiones de orden público en las que la ley es rotunda y clara: es blanco o negro. Si no, entraríamos en una serie de posibilidades tremendas".

La ley se enfrenta así a casos no previstos y por ello es normal, según Cembrano, que haya ciertos vacíos.

"Si se legisla, debe hacerse con mucha precisión, no abrir la ley a que los afectos sustituyan a los vínculos legales de forma muy abierta", dice el experto.

Cembrano recalca que en este caso también la misma ley ofrece "soluciones afectivas" para proteger el vínculo entre cuatro pequeños que, pese al régimen de visitas, la comunicación y el contacto que mantienen, ya no conviven todo el tiempo bajo el mismo techo.

Ahora cada pareja de mellizos está con su padre biológico. (E)