Aunque Adal Ramones sea sinónimo de una superestrella de la comedia (especialmente si siguió el programa televisivo Otro rollo), para Francisco Pinoargotti es el nombre de un gran amigo a quien lo une varias vivencias similares y, por supuesto, el humor.

Por eso, la estrella de Buenos muchachos tiene la confianza de bromear con la prensa sobre que luego de 10 años (desde que dieron su último show juntos en Guayaquil), finalmente reunió el dinero suficiente para pagarle la suma que le pedía Ramones por volver a Ecuador.

Este miércoles 29 y jueves 30 de mayo los cómicos presentarán a su público el show El duólogo donde se reirán y conversarán de sus culturas, la mexicana y la ecuatoriana, en un momento en que sienten que ambos países lo necesitan (tras lo ocurrido en la embajada mexicana en Quito).

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Foto: Francisco Verni Peralta

¡Pero nada de ponerse serios! “Este show tiene fines egoístas, se trata solo de un tema económico”, hicieron reír a los medios de comunicación.

Su química personal los ayudó a desarrollar el espectáculo con naturalidad.

“Definitivamente hay que tener una afinidad, hay que tener sentido común en el humor, no puedes compartir algo con alguien que no te mira como me mira Adal”, continuó bromeando Pinoargotti, quien fue correspondido por Ramones: “Yo en esos ojos me pierdo (risas), pero sí, debe existir similitud en muchas cosas y aunque no nos veamos, uno tiene comediantes a quienes respetas y yo respeto mucho a Francisco”.

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Luego de 10 años, su amistad permanece intacta y siguen compartiendo situaciones familiares y personales que los han mantenido en contacto.

“Creo que se ha visto nuestra evolución, hemos buscado nuevos rumbos. Yo me metí ahora a hacer el podcast de Buenos muchachos y Adal hizo La Academia para TV Azteca y ahora está de regreso en Televisa (además de un proyecto cinematográfico que lo llevó a España). Se trata de seguir investigando y explorando otros terrenos, es importante y no quedarse en tu zona cómoda”.

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Según explicó Ramones, el sentimiento de subir a un escenario y recibir la energía y las risas del público nunca se agotan. Es orgásmica, se atrevió a decir. “Es muy privado. Se trata de lo que el comediante siente cuando lo golpea la carcajada y uno ya sabe cuando viene. Pero a veces se improvisa tanto que te sorprende algo que no esperabas y entonces es mágico, el sentir la oleada de la carcajada, que a veces viene acompañada de aplausos, es algo muy hermoso”.

A su regreso a México, Ramones continuará con la gira de su obra teatral Otra vez papá.

Las funciones en Guayaquil serán a partir de las 20:30 en el Teatro Fedenador y están a la venta en RedTickets. Precios: $50, $60 y $75.