En una conversación con Gaby Díaz, presentadora de En contacto, Alfonso Espinosa de los Monteros recordó un momento especial de su vida ligado con la música que tanto le encanta.

Tenía 22 años don Alfonso cuando llevaba un mes trabajando en Guayaquil, en el año 1962. El quiteño iba caminando por la calle a la medianoche en su salida del trabajo cuando de repente escuchó un vozarrón que lo atrajo. No se le pasaba por la mente que sería El Ruiseñor de América porque el periodista conocía esa voz de memoria, así que con curiosidad se acercó a la casa de donde provenía la canción Guayaquil de mis amores y alguien le abrió la puerta.

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En esa época él trabajaba en una emisora ubicada en Luque y Santa Elena, sector cerca de donde sucedieron los hechos: “Yo terminaba mi jornada en la radio, salía a la esquina, tomaba un colectivo como había en aquella época y por la calle Santa Elena me iba hasta la calle Letamendi porque mi casa estaba en Chimborazo y Letamendi. Me bajaba ahí, caminaba hacia Chimborazo y yo iba tranquilamente”.

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Aquella voz con alma y con fuerza provocó que se apegara a la ventana para oírla mejor y fue ahí cuando una señora le dio la bienvenida: “Me dice Alfonso, cómo está. Era la esposa de Gonzalo Heredia, el director de Radio Cóndor, donde también estaba trabajando yo. Entonces entré y oh sorpresa, ahí estaba Julio Jaramillo puesto un esmoquin pero con el corbatín zafado”.

Don Alfonso recuerda haberse emocionado mucho “y claro con el que más saludé fue con Julio Jaramillo y pregunté por qué estaba con esmoquin y me dijo que él tenía esos improntos, que simplemente el momento en que le daba la gana se iba a un aeropuerto, se subía en un avión y venía acá. Entonces, me dijo, ‘yo salí del teatro Colón en Buenos Aires y en lugar de irme al hotel donde estaba dije me voy a Guayaquil’ y llegó directo donde los amigos”. (E)


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